Por: Wilmer Ortuño
Recientemente se ha desatado una arremetida mediática que gira en torno a la guerra que se desarrolla en la lejana Europa Oriental, en un país más lejano aún que lleva el nombre de Georgia, por una porción de territorio.
En esta guerra se ha vista envuelta Rusia, tal como en aquellos lejanos años de la Guerra Fría, donde los conflictos regionales en cualquier parte del mundo eran fiel reflejo de los conflictos que mantenían las dos grandes superpotencias de entonces, la Unión Soviética y los Estados Unidos.
Esta visión que se pretende imponer de la lejana guerra, vista como corresponde desde América, no es más que una visión hipócrita que se le quiere dar al mundo.
¿Por qué sostengo que es una hipocresía?
Porque no más leer la prensa de distintos países acerca de lo sucedido en Georgia con su rebelde territorio Ossetia del Sur, y nos percatamos que en ellos predomina la doble visión (o moral) con respecto al tema de la guerra.
Unas guerras son buenas y otras son malas, este maniqueísmo está supeditado a la política internacional que se desarrolla en el mundo, el imperialismo en pleno desarrollo, buscando ocultar sus verdaderos fines, estimular guerras en cualquier parte del mundo para poder desatar libremente otras a conveniencia.
Todos, cuales chacales hambrientos, se han dado a la tarea de condenar las acciones militares en aquel lejano país (que no por lejano nos es ajeno) por parte de Rusia, y habría que indagar cuáles han sido las verdaderas causas de dicha guerra, si nos queremos ceñir a la más estricta verdad con respecto a este asunto, pero (y aquí viene el pero…), ¿por qué con igual interés no se ha condenado las guerras que aún se desarrollan en Afganistán e Irak? ¿Por qué no se han condenado las intervenciones militares en otros lugares del mundo, tal cual hacen ahora las empresas de comunicación y que a decir verdad, nos quedan tan cerca que casi olemos la pólvora?
¿Es que acaso el único país que ha incursionado militarmente en otro país es Rusia?
¿Qué se puede decir de los Estados Unidos? ¿De Israel? ¿De Colombia? Por citar algunos casos en el siglo XXI, pero igual habría que condenarse a muchos otros países que hoy se rasgan las vestiduras y que también desataron en el siglo XX, guerras fuera de sus fronteras.
¿Por qué Natzinger se apresura a condenar la guerra en Georgia y no lo ha hecho tan vehemente aún con la que se desarrolla en Irak y Afganistán y por el contrario, se abraza fraternalmente con el mayor genocida del mundo? ¿Bush está libre de culpa y puede lanzar la primera piedra? Los medios de comunicación establecen diferencias en estos asuntos, ¿basándose en qué? ¿Es culpable Rusia? ¿Es inocente Georgia? ¿Será igualmente culpable Estados Unidos (que inevitablemente tienen sus manos metidas en esto)? ¿Cuál es el papel de la ONU, el de Celestina?
¿Por qué se apoya a un país en contra de una región separatista y no se hace lo mismo con otros países o regiones? ¿Qué tiene de especial Ossetia del sur que no tengan Kosovo, Servia, Bosnia, la media luna boliviana, el Zulia, las desmembradas Yugoslavia, Checoslovaquia o más lejanamente (en el tiempo) los Balcanes?
¿Por qué se apoya la separación de unas regiones y de otras no? ¿Cuál es el principio que priva en todo esto? ¿Cuál es realmente el status quo que hay que mantener?
¿Pesan más 1.500 muertos en una región que el 1.000.000 en otra?
Evidentemente que la respuesta a todas estas interrogantes es nada más y nada menos la hipocresía que predomina en el mundo, y especialmente en la política internacional, a la que se suma la ONU y su Consejo de Seguridad que se han vuelto expertos en mirar para otro lado con el fin de ignorar los genocidios que se comente en todos lados en nombre de la Libertad y la Democracia, sobre todo si se trata del American way of death.
Cuando de hipocresía se trata, algunos personajes y medios de comunicación se olvidan que esta época es de cambios y ya no nos chupamos el dedo.
En esta guerra se ha vista envuelta Rusia, tal como en aquellos lejanos años de la Guerra Fría, donde los conflictos regionales en cualquier parte del mundo eran fiel reflejo de los conflictos que mantenían las dos grandes superpotencias de entonces, la Unión Soviética y los Estados Unidos.
Esta visión que se pretende imponer de la lejana guerra, vista como corresponde desde América, no es más que una visión hipócrita que se le quiere dar al mundo.
¿Por qué sostengo que es una hipocresía?
Porque no más leer la prensa de distintos países acerca de lo sucedido en Georgia con su rebelde territorio Ossetia del Sur, y nos percatamos que en ellos predomina la doble visión (o moral) con respecto al tema de la guerra.
Unas guerras son buenas y otras son malas, este maniqueísmo está supeditado a la política internacional que se desarrolla en el mundo, el imperialismo en pleno desarrollo, buscando ocultar sus verdaderos fines, estimular guerras en cualquier parte del mundo para poder desatar libremente otras a conveniencia.
Todos, cuales chacales hambrientos, se han dado a la tarea de condenar las acciones militares en aquel lejano país (que no por lejano nos es ajeno) por parte de Rusia, y habría que indagar cuáles han sido las verdaderas causas de dicha guerra, si nos queremos ceñir a la más estricta verdad con respecto a este asunto, pero (y aquí viene el pero…), ¿por qué con igual interés no se ha condenado las guerras que aún se desarrollan en Afganistán e Irak? ¿Por qué no se han condenado las intervenciones militares en otros lugares del mundo, tal cual hacen ahora las empresas de comunicación y que a decir verdad, nos quedan tan cerca que casi olemos la pólvora?
¿Es que acaso el único país que ha incursionado militarmente en otro país es Rusia?
¿Qué se puede decir de los Estados Unidos? ¿De Israel? ¿De Colombia? Por citar algunos casos en el siglo XXI, pero igual habría que condenarse a muchos otros países que hoy se rasgan las vestiduras y que también desataron en el siglo XX, guerras fuera de sus fronteras.
¿Por qué Natzinger se apresura a condenar la guerra en Georgia y no lo ha hecho tan vehemente aún con la que se desarrolla en Irak y Afganistán y por el contrario, se abraza fraternalmente con el mayor genocida del mundo? ¿Bush está libre de culpa y puede lanzar la primera piedra? Los medios de comunicación establecen diferencias en estos asuntos, ¿basándose en qué? ¿Es culpable Rusia? ¿Es inocente Georgia? ¿Será igualmente culpable Estados Unidos (que inevitablemente tienen sus manos metidas en esto)? ¿Cuál es el papel de la ONU, el de Celestina?
¿Por qué se apoya a un país en contra de una región separatista y no se hace lo mismo con otros países o regiones? ¿Qué tiene de especial Ossetia del sur que no tengan Kosovo, Servia, Bosnia, la media luna boliviana, el Zulia, las desmembradas Yugoslavia, Checoslovaquia o más lejanamente (en el tiempo) los Balcanes?
¿Por qué se apoya la separación de unas regiones y de otras no? ¿Cuál es el principio que priva en todo esto? ¿Cuál es realmente el status quo que hay que mantener?
¿Pesan más 1.500 muertos en una región que el 1.000.000 en otra?
Evidentemente que la respuesta a todas estas interrogantes es nada más y nada menos la hipocresía que predomina en el mundo, y especialmente en la política internacional, a la que se suma la ONU y su Consejo de Seguridad que se han vuelto expertos en mirar para otro lado con el fin de ignorar los genocidios que se comente en todos lados en nombre de la Libertad y la Democracia, sobre todo si se trata del American way of death.
Cuando de hipocresía se trata, algunos personajes y medios de comunicación se olvidan que esta época es de cambios y ya no nos chupamos el dedo.
1 comentario:
Fanáticos del dinero, los peores de todo y de doble moral. El señor Solana es más de la CIA que socialista. Incluso Felipe González.¿Dime a quién apoyas y te diré que clase de pelotas eres?
Publicar un comentario