"Karl Marx: "Al capital le horroriza la ausencia de beneficio. Cuando siente un beneficio razonable, se enorgullece. Al 20%, se entusiasma. Al 50% es temerario. Al 100% arrasa todas las leyes humanas y al 300%, no se detiene ante ningún crimen." .

viernes, 27 de julio de 2007

Cuba y las "democracias" occidentales


por Carlo Frabetti


En su artículo Contra toda dictadura, publicado en el diario Lanza de Ciudad Real (11-07-07, pág. 4), Eugenio Arce Lérida me reprocha, entre otras cosas, la “apasionada defensa de Cuba” que hago en mis libros La bola de cristal y El cuarto purgatorio. Se trata de un extenso artículo a toda plana que, por razones de espacio, no puedo comentar con detalle, por lo que me ceñiré a los puntos que me parecen más importantes (sobre todo porque expresan opiniones ampliamente difundidas entre los “demócratas” de los países ricos).
Dice Arce (y esta frase ha sido significativamente destacada debajo del título de su artículo): “¿Cómo puede Carlo Frabetti argumentar que todos los escritores y disidentes políticos encarcelados están financiados por EEUU?”. Muy sencillo: porque el propio Gobierno de Estados Unidos alardea de los millones de dólares que gasta en comprar a saboteadores y quintacolumnistas en Cuba. ¿Significa eso que todos los disidentes cubanos son mercenarios camuflados? Por supuesto que no, y yo nunca he dicho nada parecido. Claro que hay disidentes honrados. Como, por ejemplo, un conocido editor que, en la última Feria del Libro de La Habana, ante numerosos invitados extranjeros y con el ministro de Cultura presente, hizo una durísima crítica de la política cultural gubernamental, algo, dicho sea de paso, totalmente impensable en la “España democrática” (las comillas indican el uso irónico de ambos términos). O como la propia Mariela Castro, hija de Raúl, que en el reciente Congreso Internacional “Cultura y Desarrollo”, celebrado en junio en La Habana, defendió públicamente los derechos de los homosexuales y los transexuales y exigió la modificación de las leyes correspondientes. ¿Estoy diciendo con esto que en Cuba hay plena libertad de expresión? Por supuesto que no. ¿Acaso la hay en algún sitio? En la “España democrática” yo podría ir a la cárcel por decir lo que pienso de un rey impuesto por Franco (y que ha manifestado públicamente su admiración y su gratitud hacia uno de los más sanguinarios dictadores del siglo XX). En la “España democrática” acaban de secuestrar un semanario humorístico porque no sólo ese rey, sino toda su parentela, es tabú, como en el Egipto de los faraones. En la “España democrática” yo sólo puedo publicar mis artículos en el diario Gara y en unos pocos periódicos digitales como Rebelión, inSurGente, La Haine o Nodo 50 (que luchan heroicamente, dicho sea de paso, por contrarrestar las sistemáticas mentiras y tergiversaciones de los grandes medios). Y, por cierto, hablando de Gara, Arce también alude a mis artículos en dicho diario y señala, con evidente intención criminalizadora, que “comprendo” el “Movimiento de Liberación Vasco”; pues bien, como para compensar sus desaforadas exageraciones anticubanas, en este caso se queda corto: yo no me limito a “comprender” la lucha del pueblo vasco por su autodeterminación, sino que la apoyo sin reservas. Volviendo a Cuba, dice Arce que “el pueblo cubano malvive con los trapicheos con los turistas; en cambio, a los dirigentes no les falta de nada”. Ambas cosas son totalmente falsas. El pueblo cubano disfruta de una de las mejores sanidades públicas del mundo y de uno de los mejores sistemas educativos, y está perfectamente alimentado; y esto no lo digo yo, sino la ONU. En Cuba hay escasez de muchas cosas, debido al criminal bloqueo impuesto por Estados Unidos (y vilmente secundado por las potencias occidentales); pero, al contrario que en los “Estados del bienestar”, no hay miseria, ni material ni moral. Y de la sobriedad con que viven los dirigentes cubanos puedo dar testimonio personal. En última instancia, el artículo de Arce refleja la difundida idea (impuesta por la fuerza bruta de los medios) de que la democracia consiste en elegir cada cuatro años entre dos grandes bloques político-financieros (que, además, son más cómplices que rivales, como hemos podido ver recientemente en el desfile de tiburones y lacayos en que se convirtió el funeral de Polanco). La fórmula la acuñó Goebbels, y en la “España democrática” sigue tan vigente como en los tiempos del No-Do: “Una mentira repetida muchas veces se convierte en verdad”. “¿Acaso todos los gobiernos de la Unión Europea están mediatizados por Estados Unidos?”, se pregunta retóricamente Arce, y me acusa de tener “una venda ideológica en los ojos y en el cerebro” por creerlo así. Como prefiero pecar de ingenuo que de injusto, supondré que Arce plantea de buena fe su pregunta retórica y le contestaré en los mismos términos: ¿acaso alguien duda, a estas alturas (tras la invasión de Iraq, tras cuarenta años de bloqueo criminal a Cuba, tras medio siglo de sumisión de la ONU a los dictados de Washington), de que las “democracias” occidentales bailan al son de la música imperial? ¿Qué clase de venda le impide ver a Arce (y a tantos otros) las bases militares estadounidenses o las recientes escalas en aeropuertos europeos de los torturadores de la CIA? Termina Arce su artículo con el siguiente párrafo: “No estoy seguro de que Carlo Frabetti sienta todo lo que escribe; entre otras cosas, porque hay escritores que utilizan la provocación como estilo literario y, a veces, como forma de promoción. De lo que sí estoy seguro es de que debemos luchar contra toda dictadura”. Es posible que yo utilice la provocación “como estilo literario”; pero como “forma de promoción” puedo asegurar que mis “provocaciones” no son muy eficaces: defender las revoluciones cubana y bolivariana (o lo que es lo mismo, denunciar las mentiras y tergiversaciones de los grandes medios) me costó perder mi principal fuente de ingresos y ser condenado a la invisibilidad mediática (que es la nueva forma de censura en las “democracias” occidentales), por lo que, cuando menos, creo haberme ganado el derecho a que no se dude de que “siento lo que escribo”. En cuanto a lo de que debemos luchar contra todas las dictaduras, totalmente de acuerdo; empezando por las que se disfrazan de democracia.

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La ideología estadounidense

Samir Amin
CSCAweb
"Animada por su éxito reciente, la extrema derecha controla en la actualidad los resortes del poder en Washington. La alternativa que se ofrece está clara: o bien se acepta la hegemonía de EEUU y el 'liberalismo'a ultranza que promueve -y que significa poco más que una exclusiva obsesión por hacer dinero- o se rechazan ambos. En el primer caso, estaremos dando a Washington vía libre para 'rediseñar' el mundo a imagen de Texas. Solo eligiendo la segunda opción podremos ser capaces de hacer algo para contribuir a la reconstrucción de un mundo que sea esencialmente plural, democrático y pacífico".

Hoy, EEUU está gobernado por una junta de criminales de guerra que llegaron al poder a través de une especie de golpe [de Estado]. Aquel golpe pudo haber estado precedido por unas (dudosas) elecciones: pero no debemos olvidar que Hitler fue igualmente un político elegido. En esta analogía, el 11 de septiembre cumple la función del "incendio del Reichstag" [1], permitiendo a la Junta garantizar sus poderes de fuerza policial similares a aquellos de la Gestapo. Tienen su propio Mein Kampf -la Estrategia de Seguridad Nacional [2]-, sus propias asociaciones de masas -las organizaciones patrióticas- y sus propios predicadores [3]. Es vital que tengamos el coraje de decir esas verdades y de dejar de enmascararlas en frases como "nuestros amigos estadounidenses" que han dejado de tener significado.

La cultura política es el producto a largo plazo de la Historia. Como tal, es obviamente específica de cada país. La cultura política estadounidense es claramente distinta de lo que ha emergido en la historia del continente europeo: mediante el establecimiento de Nueva Inglaterra por sectas protestantes extremistas se ha configurado el genocidio de los pueblos indígenas del continente, la esclavitud de los africanos y la emergencia de comunidades segregadas por sus especificidades étnicas como resultado de sucesivas oleadas migratorias durante el siglo XIX.

La modernidad, el secularismo y la democracia no son el resultado de una evolución en las creencias religiosas o siquiera revolucionarias; por el contrario, es la fe la que ha tenido que ajustarse para satisfacer las exigencias de estas nuevas fuerzas. Este ajuste no se ha producido exclusivamente en el protestantismo; tuvo el mismo impacto en el mundo católico aunque de modo distinto. Se creó un nuevo espíritu religioso, liberado de todo dogma. En ese sentido, no fue la Reforma la que otorgó la precondición para el desarrollo capitalista, aunque la tesis de Weber ha sido ampliamente aceptada en las sociedades protestantes de Europa, que fueron favorecidas por la importancia que les dio. Tampoco la Reforma representa interpretaciones tempranas del cristianismo; al contrario, la Reforma fue simplemente la más primitiva y confusa forma de una ruptura.

Un aspecto de la Reforma fue el trabajo de las clases dominantes conducidas por la creación de iglesias nacionales (anglicana o luterana) controladas por dichas clases. Como tales, esas iglesias representaron un compromiso entre la burguesía emergente, la monarquía y los grandes terratenientes, a través del cual pudieron acorralar la amenaza que representaban los pobres y los campesinos.

Marginar con eficacia la idea católica de universalidad estableciendo iglesias nacionales sirvió, en particular, para reforzar el poder de la monarquía, fortaleciendo su autoridad como árbitro entre las fuerzas del Antiguo Régimen y aquéllas de la burguesía ascendiente, y reforzar el nacionalismo de esas clases, retrasando, con ello, la emergencia de nuevas formas de universalismo que serían promovidas más tarde por el socialismo internacionalista.

Sin embargo, otros aspectos de la Reforma fueron conducidos por las clases más bajas que eran las principales víctimas de las transformaciones sociales provocadas por el nacimiento del capitalismo. Esos movimientos recurrieron a formas de lucha tradicionales derivadas de los movimientos milenaristas de las Edad Media. Como resultado, lejos de abrir el camino, estuvieron predestinadas a retrasar las necesidades de su tiempo. Las clases dominantes tendrían que esperar hasta la Revolución Francesa -y a sus formas de movilización democrática, popular, laica y radical- y al advenimiento del socialismo para hallar vías [que permitieran] articular efectivamente sus exigencias al respecto de las nuevas condiciones en las que vivían. Los primeros grupos protestantes modernos, por el contrario, se cimentaron en ilusiones fundamentalistas y ello, en cambio, favoreció la réplica infinita de sectas esclavas del mismo tipo de visión apocalíptica que prolifera actualmente en EEUU.

Las sectas protestantes que se vieron obligadas a emigrar en el siglo XVII desde Inglaterra habían desarrollado una forma de cristianismo diferenciado tanto del catolicismo como del dogma ortodoxo. Por ello, su imagen del cristianismo no era compartida siquiera por la mayoría de los protestantes europeos, incluidos los anglicanos, de donde emergió la mayoría de la clase gobernante británica. En términos generales, podemos decir que la genialidad esencial de la Reforma fue reclamar el Antiguo Testamento que había sido marginado por el catolicismo y la Iglesia Ortodoxa cuando definieron al cristianismo como una ruptura con el Judaísmo. Los protestantes resituaron al cristianismo en su lugar como sucesor legítimo del Judaísmo.

Legitimidad bíblica

La particular forma de protestantismo que hallo su vía en Nueva Inglaterra sigue configurando la ideología estadounidense en la actualidad. Primero, facilitó la conquista del "Nuevo Continente", instruyendo su legitimidad en base a referencias bíblicas (la referencia bíblica de la violenta conquista de Israel de la "Tierra Prometida" es un tema constantemente reiterado en el discurso de EEUU). Más tarde, EEUU extendió su misión encomendada por Dios hasta abarcar el mundo en su totalidad. Por ello, los estadounidenses han comenzado a verse a sí mismos como el "pueblo elegido" (en la práctica, un sinónimo del término nazi Herrenvolk). Esta es la amenaza a la que hacemos frente en la actualidad. Y por ello el imperialismo estadounidense (y no el Imperio) será incluso más brutal que sus predecesores, la mayoría de los cuales nunca reivindicaron estar investidos por una misión divina.

No estoy entre los que creen que el pasado solo puede repetirse. La Historia transforma a los pueblos. Eso es lo que ha pasado en Europa. Sin embargo, desgraciadamente, la historia de EEUU, lejos de trabajar por la erradicación de sus horribles orígenes, ha reforzado aquel horror y ha perpetuado sus efectos. Ello es así tanto para la "Revolución americana" como para la colonización del país mediante sucesivas olas migratorias.

A pesar de los intentos actuales de promover sus virtudes, la "Revolución americana" no fue más que una limitada guerra de independencia bastante desprovista de cualquier dimensión social. En ningún caso en el curso de su revuelta contra la monarquía británica intentaron los colonos americanos transformar las relaciones económicas y sociales: simplemente rechazaron seguir compartiendo los beneficios con las clases gobernantes de la metrópoli. Querían el poder para sí mismos no para cambiar las cosas sino para seguir haciéndolas igual -aunque con más determinación y mayores márgenes. El objetivo prioritario era proceder a la colonización del Oeste que implicaba, entre otras cosas, el genocidio de los americanos nativos. Igualmente, los revolucionarios nunca cambiaron la esclavitud. De hecho, la mayoría de los líderes revolucionarios eran propietarios de esclavos y sus prejuicios sobre esta cuestión se demostraron inquebrantables.

El genocidio de los nativos americanos estaba implícito en la lógica de la nueva elección de la misión divina para los pueblos. Su masacre no puede ser condenada simplemente sobre la base de la moral de un pasado arcaico y distante. Hasta 1960, el acto del genocidio se proclamaba bien abierta y orgullosamente. Las películas de Hollywood oponían al bien de los cowboys el diablo nativo americano, y esta tergiversación del pasado ha sido central en la educación de sucesivas generaciones.

Lo mismo ocurre con la esclavitud. Tras la independencia, tuvo que pasar cerca de un siglo antes de que la esclavitud fuera abolida. Y a pesar de las demandas de la Revolución Francesa en el sentido contrario, cuando se produjo el hecho de la abolición no tuvo nada que ver con la moralidad (solo se produjo porque la esclavitud ya no servía a la causa de la expansión capitalista). Así, los afro-americanos tendrían que esperar otro siglo para que se les concediese unos mínimos derechos civiles. E incluso entonces, el racismo profundamente arraigado de las clases dirigentes ha sido difícilmente desafiado. Hasta la década de los 60 el linchamiento siguió siendo un hecho habitual que procuraba un pretexto en los pic-nics familiares. De hecho, la práctica del linchamiento persiste en la actualidad, de modo más discreto e indirecto, en las vías de un sistema judicial que envía a miles de personas a la muerte (la mayoría afro-americanos) a pesar del conocimiento general de que al menos la mitad de los condenados son inocentes.

Migración e individualismo

Las sucesivas olas de inmigración han ayudado igualmente al reforzamiento de la ideología estadounidense. Los inmigrantes no son en modo alguno responsables de la miseria y la opresión que causan sus exilios. Dejan su tierra como víctimas. Sin embargo, la emigración significa igualmente la renuncia a la lucha colectiva para cambiar las condiciones en sus países de origen; cambian su sufrimiento por la ideología individualista del país receptor desarraigándose. Este cambio ideológico sirve igualmente para retrasar la emergencia de la conciencia de clase que escasamente tiene tiempo a desarrollarse antes de que una nueva oleada de inmigrantes llega para ayudar a abortar su expresión política. Desde luego, la migración contribuye también al "fortalecimiento étnico" de la sociedad estadounidense. La noción de "éxito individual" no excluye el desarrollo de fuertes comunidades étnicas de apoyo (irlandesa, o italiana, por ejemplo) sin las que el aislamiento individual resultaría insoportable. Sin embargo, también en esto, el fortalecimiento de identidades étnicas es un proceso que el sistema estadounidense cultiva únicamente para recuperarlo ya que debilita inevitablemente la conciencia de clase y la ciudadanía activa.

Así, mientras el pueblo de París se estaba preparando para "asaltar el cielo" (según la Comuna de 1871), las ciudades de EEUU proporcionaron el escenario para una serie de guerras asesinas entre bandas formadas por generaciones sucesivas de pobres emigrantes (irlandeses, italianos, etc.) cínicamente manipulados por las clases dirigentes.

Hoy en EEUU no hay un partido de los trabajadores ni lo ha habido nunca. Los poderosos sindicatos de trabajadores son apolíticos en su más amplio sentido del término. No tienen vínculos con partido alguno con el que puedan compartir y expresar sus preocupaciones; ni han sido nunca capaces de articular una visión socialista propia. Por el contrario, suscriben, como todo el mundo, la ideología liberal dominante que de este modo permanece incontestada. Cuando luchan, lo hacen sobre la base de una agenda limitada y concreta que en modo alguno cuestiona el liberalismo. En este sentido, eran y siguen siendo posmodernistas.

Sin embargo, para las clases trabajadoras, las creencias comunitarias no pueden proporcionar un substituto a la ideología socialista. Ello es cierto incluso para los afro-americanos, la comunidad más radical de EEUU, ya que la lucha de ideologías comunitarias está, por definición, limitada a la lucha contra el racismo institucionalizado. Uno de los aspectos más desatendidos de las diferencias entre las ideologías europeas (en su diversidad) y la ideología estadounidense es el impacto de la Ilustración en su desarrollo. Sabemos que la filosofía de la Ilustración fue la cuestión decisiva para el lanzamiento de la creación de las culturas e ideologías modernas de Europa y su impacto sigue siendo considerable hasta hoy, no solo en los centros del desarrollo capitalista, bien sean católicos (Francia) o protestantes (Gran Bretaña y Holanda), sino también en Alemania y Rusia.

Ello contrasta con EEUU, donde la Ilustración tuvo solo un impacto marginal que atrajo únicamente a una minoría aristocrática (y favorable a la esclavitud) [representada] en ese grupo encarnado en la posteridad por Jefferson, Madison y unos pocos más. En general, las sectas de Nueva Inglaterra fueron indemnes al espíritu crítico de la Ilustración y su cultura permaneció más próxima a las Brujas de Salem que al impío racionalismo de las Luces.

Los frutos de ese rechazo emergieron cuando la burguesía yanqui llegó a la mayoría de edad. En Nueva Inglaterra emergió una creencia simple y errónea que mantenía que la Ciencia (es decir, las ciencias puras, como la Física) deberían determinar el destino de la sociedad -una opinión que ha sido ampliamente compartida en EEUU durante más de un siglo, no solo entre la clase dirigente, sino también entre la gente común.

La substitución de ciencia por religión explica algunos de los rasgos sobresalientes de la ideología estadounidense. Explica por qué la filosofía es tan insignificante, porque ha sido reducida al empirismo más reductor. Explica igualmente el frenético esfuerzo de reducir las ciencias humanas y sociales a ciencias puras (es decir, duras): así, la Economía pura ocupa el lugar de la Economía política y la ciencia de los genes reemplaza a la Antropología y la Sociología. Esta última y desafortunada aberración proporciona otro punto de conexión entre la ideología estadounidense contemporánea y la ideología nazi que ha sido favorecido sin duda por el profundo racismo que recorre toda la historia de EEUU. Otra aberración causada por esta peculiar visión de la ciencia es una debilidad por la especulación cosmológica (de la cual la teoría del Big-Bang es el ejemplo más conocido).

Entre otras cosas, la Ilustración nos enseñó que la Física es la ciencia [que estudia] ciertos aspectos limitados del universo que han sido distinguidos como objetos de investigación, no la ciencia del universo en su totalidad (que es un concepto metafísico más que científico). A este nivel, el sistema de pensamiento estadounidense está más cerca de los intentos pre-modernos de reconciliar la fe y la razón que de la tradición científica moderna. Esta visión regresiva fue perfectamente adaptada a los propósitos de las sectas protestantes de Nueva Inglaterra y al tipo de sociedad religiosa omnipresente que produjeron. Como sabemos, es este tipo de regresión lo que hoy amenaza a Europa.

Democracia y mercado

Estos dos factores que configuran la formación histórica de la sociedad estadounidense -una ideología bíblica dominante y la ausencia de un partido de los trabajadores- se han combinado para producir una situación completamente nueva: un sistema regido de facto por un único partido, el partido del capital.

Los dos segmentos que integran este partido comparten la misma fórmula fundamental del liberalismo. Ambos dirigen únicamente la minoría que participa en este tipo de democracia truncada e impotente (un 40% del electorado). Como la clase trabajadora, por regla general, no vota, cada segmento del partido tiene su propia clientela de clase media para la cual ha ajustado su discurso. Ambos han esculpido su propio electorado compuesto de ciertos segmentos de intereses capitalistas (lobbies) y grupos de apoyo comunitarios.

La democracia estadounidense actual constituye el modelo avanzado de lo que yo he denominado "democracia de baja intensidad". Su funcionamiento está basado en la separación total entre la gestión de la vida política a través de la práctica de la democracia electoral y la gestión de la vida económica que está gobernada por las leyes de la acumulación de capital. Más aún, esta separación no está sujeta a forma alguna de cambio radical; forma parte de lo que puede ser denominado el consenso general. Sin embargo, es esa misma separación lo que destruye efectivamente todo el potencial creativo de la democracia política. Castra las instituciones representativas (parlamentos y otras) que de manera impotente están rendidas por su sumisión al mercado y a sus dictados. En este sentido, la elección entre votar a los demócratas o a los republicanos es en el fondo fútil porque lo que determina el futuro del pueblo estadounidense no es el resultado de las preferencias electorales sino las variaciones de los mercados financieros y de otros mercados.

Como resultado, el Estado estadounidense existe exclusivamente para servir a la economía, es decir, al capital, al que obedece enteramente abandonando las cuestiones sociales. El Estado puede funcionar de este modo por una razón primordial: porque el proceso histórico que formó la sociedad estadounidense ha bloqueado el desarrollo de una conciencia política de las clases trabajadoras.

Ello contrasta con los Estados europeos que han sido (y pueden convertirse de nuevo en) el foro obligado en el que se han desarrollado las confrontaciones entre los grupos con intereses sociales. Es por ello que los Estados europeos favorecen los compromisos sociales que se invierten en prácticas democráticas con significado real. Cuando la lucha de clases y otras luchas políticas no fuerzan al Estado a funcionar de este modo, cuando no pueden seguir siendo autónomas frente a la lógica exclusiva de la acumulación del capital, la democracia se convierte en un ejercicio completamente inútil, como ocurre en EEUU.

La combinación de una práctica religiosa dominante -y su explotación por medio del discurso fundamentalista- con la ausencia de conciencia política entre las clases oprimidas, da al sistema político de EEUU un margen de maniobra sin precedentes, a través del cual puede destruir el impacto potencial de las prácticas democráticas y reducirlas a rituales benignos (la política como un entretenimiento, la inauguración de campañas electorales con animadores, etc.).

Ideología y capital

No obstante, no debemos dejarnos engañar. No es la ideología fundamentalista la que ocupa el puesto dirigente y la que impone su lógica a los reales detentadores del poder: el capital y sus siervos del gobierno. Es el capital y solo él quien toma todas las decisiones y únicamente cuando lo ha hecho moviliza la ideología estadounidense para que sirva a su causa. Los medios que se despliegan -el uso sistemático y sin precedentes de la desinformación- pueden entonces servir a sus propósitos aislando a los críticos y sujetándolos a una forma permanente y odiosa de chantaje. De este modo, el sistema puede manipular fácilmente a la "opinión pública" cultivando su estupidez.

Gracias a este contexto, la clase dirigente estadounidense ha desarrollado una especie de cinismo total envuelto en una carcasa exterior de hipocresía que resulta perfectamente transparente a los observadores exteriores pero de algún modo invisible a los propios pueblos estadounidenses. El régimen está bastante satisfecho de recurrir a la violencia, incluso en sus formas más duras, cuando quiera que surge la necesidad. Todos los activistas radicales estadounidenses saben esto demasiado bien; las únicas opciones que tienen abiertas son renunciar, o ser un día asesinados.

Como todas las ideologías, la estadounidense es "cada vez más vieja e inservible". Durante periodos de calma (marcados con un fuerte crecimiento económico, acompañado de lo que pasan por ser niveles aceptables de beneficios) la presión de la clase dirigente sobre su pueblo disminuye naturalmente. Así, de vez en cuando, el sistema tiene que infundir nuevo vigor a esa ideología usando los métodos clásicos: un enemigo (siempre un extranjero, ya que se ha decretado que la sociedad estadounidense es buena por definición) es designado ("el Imperio del Mal", "el Eje del Mal") lo que justificará la movilización de todos los medios posibles con el fin de aniquilarlo. En el pasado ese enemigo fue el comunismo; el McCarthismo (un fenómeno que los pro-estadounidenses de hoy han olvidado ya) hizo posible el lanzamiento de la Guerra Fría y la marginación de Europa; hoy, es el terrorismo que es, simple y claramente, un pretexto creado para servir al proyecto de la clase dirigente: el control militar del planeta.

Hegemonía y poder militar

El objetivo reconocido de la nueva estrategia hegemónica de EEUU es prevenir la emergencia de ninguna otra potencia que pueda ser capaz de oponer ninguna resistencia frente a los mandatos de Washington. Para ello es necesario desmantelar países que se han convertido en demasiado grandes de modo que [se puedan] crear un número máximo de satélites serviciales y dispuestos a aceptar las bases de EEUU para su protección. Tal y como han acordado los últimos tres presidentes [de EEUU], Bush-padre, Clinton y Bush-hijo, solo un país tiene derecho a ser grande y ese es EEUU.

En este sentido, la hegemonía de EEUU depende fundamentalmente de su desproporcionado poder militar más que de ninguna ventaja específica de su sistema económico. Gracias a su poder, EEUU pude situarse como el dirigente incontestado de la mafia global cuyo "puño visible" impondrá el nuevo orden imperialista sobre aquellos que pudieran resistirse a alinearse.

Animada por su éxito reciente, la extrema derecha controla en la actualidad los resortes del poder en Washington. La alternativa que se ofrece está clara: o bien se acepta la hegemonía de EEUU y el liberalismo a ultranza que promueve -y que significa poco más que una exclusiva obsesión por hacer dinero- o se rechazan ambos. En el primer caso, estaremos dando a Washington vía libre para rediseñar el mundo a imagen de Texas. Solo eligiendo la segunda opción podremos ser capaces de hacer algo para contribuir a la reconstrucción de un mundo que sea esencialmente plural, democrático y pacífico.

Si hubiesen reaccionado en 1935 o 1937, los europeos hubieran sido capaces de parar la locura nazi antes de que causara tanto daño. Retrasando su reacción hasta 1939, contribuyeron a sus cientos de millones de víctimas. Es nuestra responsabilidad actuar ahora para contener y eliminar el desafío neo-nazi de Washington.




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1. Véase: Fasano Mertens, Federico: "De Hitler a Bush", separata de La República, 30 de marzo de 2003 en www.moir.org.co/irak/Carta_embajador_eeuu_uruguay.htm. 2. Véase en CSCAweb: Carl Messineo y Mara Verheyden-Hilliard: Evaluación crítica de la nueva 'Estrategia de Seguridad Nacional' de la Administración Bush 3. Véase en CSCAweb : El 'Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense', la 'Doctrina Bush' y la guerra contra Iraq

21 de mayo de 2003. Al Ahram Weekly, 15-21 de mayo de 2003, núm. 638 Traducción: Loles Oliván, CSCAweb

* Samir Amín, egipcio, profesor de ciencias económicas de formación marxista, trabajó de 1957 a 1960 en la planificación del desarrollo de Egipto y entre 1960 y 1963 como consejero del gobierno de Mali. Tras ser director del Instituto Africano de Desarrollo Económico y Planificación, en la actualidad dirige el departamento africano del 'Foro del Tercer Mundo', en Dakar, Universidad de Naciones Unidas.
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Avanza proceso de reforma en Venezuela

La fuerza de la democracia y de la Constitución

Por la Redacción de APM


El proceso bolivariano fortalecerá el concepto de poder popular. El debate se ubica en el centro del escenario latinoamericano. Las fuerzas hegemónicas, de historia golpista, reaccionan encrespadas.
El proyecto de reforma constitucional será entregado «en los próximos días» a la Asamblea Nacional, anunció el presidente venezolano, Hugo Chávez Frías, informó el pasado domingo la Agencia Bolivariana de Noticias (ABN).
En el programa dominical Aló, Presidente, desde la zona Camino de Los Indios -donde se construye la primera ciudad socialista del país, ubicada entre el estado Vargas y el Distrito Capital- Chávez puntualizó que será el pueblo el que decida si se aprueba o no ese proyecto, reportó por su parte la agencia latinoamericana Prensa Latina.
“Dentro de poco entregaré mi propuesta, si producto de eso el pueblo me echa de aquí, no tengo problema. El día que el pueblo no me quiera no voy a ponerme a llorar, me voy”, expresó el mandatario venezolano.
Chávez puntualizó que, aunque tiene una idea clara de los cambios que propondrá, se ha demorado en presentarlos al órgano legislativo debido a la recepción de diversos proyectos elaborados por expertos y asesores.
Destacó que el proceso previo incluyó una revisión artículo por artículo de la Constitución, pero ya se está dando los toques finales a la iniciativa.
En relación con la propuesta de la posibilidad de elección presidencial continua o indefinida (sin límite de períodos) aclaró que se trata sólo para ese cargo y no para gobernadores y alcaldes como han sugerido algunos partidos de izquierda.
Ratificó, asimismo, que se prevé reinstalar, renovada, la figura del Distrito Federal para Caracas, así como territorios y ciudades federales y territorios comunales para terminar con la dispersión facilitada por la actual división política administrativa.
Chávez indicó que esa estructura fomenta la formación de caudillos regionales, con métodos ajenos al proyecto de integración nacional.
El proyecto de Reforma Constitucional tiene entre sus principales propuestas el fortalecimiento del poder popular, aseguró pasado domingo el presidente Chávez Frías, conforme informó la ya citada ABN.
”Una de las más firmes propuestas dentro de la solicitud de la Reforma Constitucional es la de insertar en la Constitución -con amplitud, claridad y profundidad- el poder popular. Eso es fundamental para impulsar la democracia participativa, directa, la verdadera democracia”, resaltó el jefe de Estado.
Chávez comentó que la Constitución Nacional vigente, aprobada en 1999, consagra el esquema clásico de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, además del Moral y el Electoral. “Pero es el modelo representativo clásico”, aseveró el Presidente.
En ese sentido, Chávez dijo que a nivel constitucional, su firme propósito es abrir el poder al pueblo.
”No vamos a eliminar las gobernaciones ni las alcaldías, pero estas deben abrir canales para acelerar la transferencia de poder al pueblo”, comentó.
”Y no hablo del pueblo como una abstracción, hablo del pueblo concreto organizado, de los consejos comunales del poder popular, de los consejos estudiantiles del poder popular, los consejos campesinos del poder popular, el poder obrero, el pueblo organizándose”, enfatizó.

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El rol de los Estados Nacionales



Por Gustavo Gill (*) Desde la Redacción de APM

Estados Unidos se embarca en disolver cualquier posibilidad de resistencia a través de tácticas más directas, que requieren la presencia militar y la ayuda del aparato represivo local.
La propuesta de Estados Unidos de entrenamiento de las fuerzas militares y policiales en América Latina no solo es una estrategia de fuerte intromisión en las soberanías nacionales, sino del control y despojo de recursos naturales estratégicos que el suelo latinoamericano posee. A su vez, intenta resolver la crisis del sistema capitalista que impulsa de manera muy peligrosa, en tanto cataloga de sospechoso a todo habitante que desafíe el marco hegemónico impuesto por el país del norte.
La forma en que se propone llevar adelante este velado interés particular es a través de la construcción de un marco legal que ampare estas anomalías. Es a través de una suerte de legislación supranacional, leyes antiterroristas, leyes contra el narcotráfico, el contrabando de armas y la corrupción, donde encuentra la forma de llevar a los estados nacionales a ser cómplices de tan peligrosa aventura.
El desplome de las ideas neoliberales de la última década del siglo pasado, quitó el anclaje discursivo que tenía la expoliación a que fue sometida América latina y devino en una intromisión mas directa por parte de Estados Unidos en estas latitudes.
Desarticulados los estados, la nueva fase es una militarización creciente con nuevas excusas. Si antes era el fantasma comunista, ahora es el narcotráfico y el terrorismo los que sirven de chivos expiatorios, propulsados con más fuerza después del 11 de Septiembre de 2001. De todas formas es probable que si no fueran estos los argumentos esgrimidos, serían otros los que serían utilizados para despojarnos, teniendo en cuenta que esto está planificado desde antes de los acontecimientos del World Trade Center.
Los nuevos conflictos desatados en el seno de América Latina son de vieja data. Estancados por las atroces dictaduras que azotaron a esta parte del continente en las décadas de los años 70 y 80, en los 90 el pensamiento único neoliberal se encargó eficazmente de convencernos de las bondades del libre mercado, dejándonos a la espera del dripping (goteo en su traducción fiel), “derrame” para los economistas y gestores del poder hegemónico. Disuelta la nueva esperanza del prometeico libre mercado y tras las crisis de las que nadie se salvó (en mayor o menor medida), no solo no estamos mejor sino que involucionamos en materia económica, política, de soberanía y otras. Esto ha dado lugar a reclamos de sectores de la sociedad postergados desde hace decenas de años por los sistemas económicos imperantes. Reclamos que fueron sepultados por el uso de la fuerza y por promesas vanas, resurgen en todo el territorio.
El imperio que hoy avanza, ya no con el poder de la palabra y las ideas como bastión principal, goza de un absoluto descreimiento por parte de la población. Contenidos por la represa de las dictaduras primero, luego por la mentira de un futuro mejor entregándose a las manos invisibles del mercado, hoy las nubes se disiparon y las cosas están claras. Las revueltas sociales se diseminan por todos los rincones de las sociedades latinoamericanas, las protestas, los paros, los piquetes y todas las formas de descontento con el sistema se manifiestan con más fuerza. Este escenario nunca fue desconocido por los ideólogos estadounidenses y la nueva forma de contener está en el despliegue táctico de bases militares en la región.
Todas las tareas son llevadas adelante por el Comando Sur (USSOUTHCOM) que se encuentra ubicado en Miami (con una sub-sede en Puerto Rico) y es responsable de la planificación, coordinación y conducción de la actividad militar de Estados Unidos en toda América Latina y el Caribe. Su área de responsabilidad abarca toda América Central y América del Sur, el Caribe y las aguas que la rodean. Entrena y adoctrina a tropas de tierra y aire de América Central en un programa llamado "Cielos Centrales", aparentemente para campañas antidrogas. Ya en el sur, la militarización regional se denomina ahora "Iniciativa Andina" y serviría para “controlar la inmigración ilegal y las incursiones de insurgentes armados”, en palabras del Comandante en Jefe del USSOUTHCOM y en referencia a la permeabilidad de las fronteras de Colombia con los países vecinos.
Colombia como ensayo, proporcionó la puerta de entrada para un supuesto ataque al narcotráfico y no tan de paso, una fuerte cooperación a la contrainsurgencia para desbaratar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El Plan for Peace, Prosperity, and the Strengthening of the State (Plan para la paz, la prosperidad y el fortalecimiento del Estado), es el título original del proyecto de Ley presentado el 20 de octubre de 1999 ante el Comité de Relaciones Exteriores del Congreso de Estados Unidos, mas conocido como Plan Colombia.
Esta acción deja abierta un sinnúmero de críticas posibles y causa aún mas daño a la región y a la propia Colombia. El USSOUTHCOM está involucrado en todos los niveles de las operaciones militares colombianas. Está formando a las tripulaciones de helicópteros equipados con misiles y ametralladoras que trabajan con los mercenarios estadounidenses subcontratados por el Pentágono y participan activamente en los campos de batalla, dirigiendo operaciones de combate y coordinando la colaboración militar.
En primer término Washington debiera limitarse a tratar el problema del narcotráfico dentro de sus fronteras, esto es atacar el consumo interno dentro de sus límites geográficos y no arremeter contra el campesino que cultiva estos productos, que lo hace por la sencilla razón de que hay demanda y le resulta mas lucrativo que cultivar otra cosa. Al asfixiar la demanda se reduce inexorablemente la oferta sin necesidad de trascender sus propias fronteras.
Pero como esto es una excusa para presentarse como el sheriff y entrometerse en asuntos, o diría más bien en intereses ajenos, la pregunta sería ¿Cómo pretenden ayudar a controlar el problema en la zona si no pueden controlarlo ellos fronteras adentro?
Ahora bien, si lograran su cometido de erradicar los cultivos en América Latina lo único que producirían es un aumento descontrolado del precio de la cocaína, aparte de una escasez de este producto en el consumo que realizan la clase alta y media, fronteras adentro. Eso hace pensar que es más fácil castigar a los campesinos que a la propia población (que le quitaría una base de legitimidad política importante), también de que forman parte del negocio del tráfico de drogas y por último y mas importante, que brinda una excusa perfecta para desplegar militares y mercenarios en lugares geoestratégicos.
El problema recién comienza, la parte mala es que los gobernantes de turno parecen ceder a los requerimientos de Washington. Las fuerzas militares conjuntas, bajo la apariencia de cuerpo de paz, desplegadas en Haití por Argentina y Brasil son una muestra de ello, a pesar de la resistencia de ambos gobiernos a formar una tropa conjunta permanente. Así mismo la base asentada en Paraguay por aprobación del Congreso el 1 de junio de 2005, con la inmunidad concedida a la milicia estadounidense, hablan de que se resquebrajan las soberanías nacionales. Sin embargo, la parte buena es que la población ya no está desatenta a estos movimientos y mentiras.
Ya no se ve seducida por discursos engañosos y presiona a sus dirigentes para que no cedan terreno en la disputa. Esto no le deja más alternativa al poder hegemónico que el campo militar y es lo que deberá esperarse en el futuro próximo, un intento de asentamiento de la milicia estadounidense en territorio latinoamericano, para sofocar cualquier intento de rebelión.
Sin embargo el problema central es y será la cooperación que recibe Washington de parte de los estados latinoamericanos. La formación y el entrenamiento militar internacional están a cargo del International Military Education and Training (IMET) que proporciona oportunidades de formación profesional para militares y candidatos civiles seleccionados. La realización de maniobras conjuntas, la introducción de nuevas tecnologías para el control del tránsito de personas en pasajes fronterizos de importancia, son la vanguardia en materia de seguridad nacional, tal como lo señaló la Doctora en Relaciones Económicas Internacionales mexicana Ana Esther Ceceña: “En este continente se sabe que seguridad nacional es seguridad nacional de Estados Unidos en el territorio que no es de Estados Unidos”.
El despliegue de bases militares de pequeña escala en toda América Latina no es más que una economía de fuerzas. El verdadero trabajo sucio es llevado a cabo por los propios estados latinoamericanos. Las nuevas legislaciones votadas al interior de las naciones y con carácter supranacional, los ejercicios conjuntos que ponen el énfasis en los intereses estadounidenses y no en los nacionales, el hipercontrol migratorio interfronterizo, solo conducen a que nuestros propios gobiernos y nuestras fuerzas militares y policiales estén al servicio de intereses foráneos.
Esta suerte de re edición del tristemente célebre Plan Cóndor no solo ataca nuestras posibilidades de desarrollo, sino que redirige nuestras propias fuerzas en contra de nuestros propios intereses. Por tanto con poco personal militar y con intervenciones mínimas, por lo menos a la vista, utilizan nuestras fuerzas de seguridad para realizar represiones y controles excepcionales, cítese como ejemplo las nuevas tareas de control interno que realiza la Gendarmería Nacional en Argentina. Esto cumple una doble función: por un lado evita el rechazo político al interior de la sociedad estadounidense, por otro lado borra la apariencia de intervención tornando el accionar de las fuerzas de seguridad más legítimo, en tanto no es realizada por una fuerza extranjera y si por las propias.
En definitiva, Washington desea asegurar mercados e inversiones de sus empresas multinacionales y la militarización de América Latina es la respuesta a la nueva fase, una vez expuestas sus verdaderas intenciones del planteo neoliberal. Lo que ellos consideran zonas de alto riesgo para la seguridad nacional (la suya), son coincidentemente zonas únicas por el agua que en ellas hay, por la abundante biodiversidad o por ser importante fuente energética a explotar. Este nuevo saqueo, o proceso de recolonización, está cada vez mas expuesto. La pregunta es si el imperio está en condiciones de soportar los crecientes movimientos populares que se están gestando en toda América Latina.

(*) El autor de esta nota es alumno del Seminario “Periodismo en Escenarios Políticos Latinoamericanos” que actualmente dicta la Agencia Periodística del Mercosur (APM) en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, extensión Moreno.

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La fuerza de la democracia y de la Constitución



Avanza proceso de reforma en Venezuela

Por la Redacción de APM

El proceso bolivariano fortalecerá el concepto de poder popular. El debate se ubica en el centro del escenario latinoamericano. Las fuerzas hegemónicas, de historia golpista, reaccionan encrespadas.
El proyecto de reforma constitucional será entregado «en los próximos días» a la Asamblea Nacional, anunció el presidente venezolano, Hugo Chávez Frías, informó el pasado domingo la Agencia Bolivariana de Noticias (ABN).
En el programa dominical Aló, Presidente, desde la zona Camino de Los Indios -donde se construye la primera ciudad socialista del país, ubicada entre el estado Vargas y el Distrito Capital- Chávez puntualizó que será el pueblo el que decida si se aprueba o no ese proyecto, reportó por su parte la agencia latinoamericana Prensa Latina.
“Dentro de poco entregaré mi propuesta, si producto de eso el pueblo me echa de aquí, no tengo problema. El día que el pueblo no me quiera no voy a ponerme a llorar, me voy”, expresó el mandatario venezolano.
Chávez puntualizó que, aunque tiene una idea clara de los cambios que propondrá, se ha demorado en presentarlos al órgano legislativo debido a la recepción de diversos proyectos elaborados por expertos y asesores.
Destacó que el proceso previo incluyó una revisión artículo por artículo de la Constitución, pero ya se está dando los toques finales a la iniciativa.
En relación con la propuesta de la posibilidad de elección presidencial continua o indefinida (sin límite de períodos) aclaró que se trata sólo para ese cargo y no para gobernadores y alcaldes como han sugerido algunos partidos de izquierda.
Ratificó, asimismo, que se prevé reinstalar, renovada, la figura del Distrito Federal para Caracas, así como territorios y ciudades federales y territorios comunales para terminar con la dispersión facilitada por la actual división política administrativa.
Chávez indicó que esa estructura fomenta la formación de caudillos regionales, con métodos ajenos al proyecto de integración nacional.
El proyecto de Reforma Constitucional tiene entre sus principales propuestas el fortalecimiento del poder popular, aseguró pasado domingo el presidente Chávez Frías, conforme informó la ya citada ABN.
”Una de las más firmes propuestas dentro de la solicitud de la Reforma Constitucional es la de insertar en la Constitución -con amplitud, claridad y profundidad- el poder popular. Eso es fundamental para impulsar la democracia participativa, directa, la verdadera democracia”, resaltó el jefe de Estado.
Chávez comentó que la Constitución Nacional vigente, aprobada en 1999, consagra el esquema clásico de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, además del Moral y el Electoral. “Pero es el modelo representativo clásico”, aseveró el Presidente.
En ese sentido, Chávez dijo que a nivel constitucional, su firme propósito es abrir el poder al pueblo.
”No vamos a eliminar las gobernaciones ni las alcaldías, pero estas deben abrir canales para acelerar la transferencia de poder al pueblo”, comentó.
”Y no hablo del pueblo como una abstracción, hablo del pueblo concreto organizado, de los consejos comunales del poder popular, de los consejos estudiantiles del poder popular, los consejos campesinos del poder popular, el poder obrero, el pueblo organizándose”, enfatizó.

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Universidad de sal

Earle Herrera -
aporrea.org 2 6/07/07 -
Como la mujer de Lot, la universidad venezolana está convertida en estatua de sal. La vieja academia se quedó ensimismada, mirando hacia atrás, sobrecogida y paralizada por el temor a los cambios. Avanza por inercia y vive de sus glorias pasadas. Es, qué duda cabe, la institución más conservadora de la Venezuela contemporánea.Su estructura preserva algo más que las formas del modelo medieval. La expresión más acabada de ese arcaico paradigma es el claustro universitario, con su calco en cada facultad en las llamadas asambleas, las cuales son cualquier cosa, menos asambleas.
La palabra y figura del claustro le vienen de la universidad monástica y monárquica. Puro formol y mortaja.Así transitó los siglos, con no pocos sacudimientos, como el de la Reforma de Córdoba en la Argentina de 1918. O el de aquellos albores libertarios, con los estatutos republicanos dictados por Simón Bolívar, en 1827. Pero las fuerzas conservadoras siempre terminaron por retornar al regazo colonial e imponer la fuerza inmovilizante del pasado.
En Venezuela, la universidad se colocó de espaldas al pueblo y se divorció de su realidad. Los millares de jóvenes que cada año quedaban excluidos de sus aulas, no eran su problema. Por el contrario, ese drama colectivo lo convirtió en un negocio que, vía prueba interna, pasó a engrosar lo que denominó “ingresos propios”, una forma de asalto, hay que reconocerlo, a mano desarmada.En su seno, afloraron las roscas y grupos de interés. También los apellidos, para no irles a la zaga a los mantuanos del valle. O a sus amos, como los llamó Herrera Luque. Algunos nombres que despotrican de la elección indefinida, se hicieron indefinidos en cátedras, departamentos, institutos, escuelas y facultades. Los cargos en unos casos se volvieron hereditarios y, en otros, conyugales. Siempre partidistas.
La exclusión intramuros pasó invicta el siglo XX y se aferra a su claustro en pleno siglo XXI. Los “académicos” ultramontanos se irritan ante la sola posibilidad de que los trabajadores y empleados puedan tener derecho al voto para elegir a las autoridades. Gritan que eso sería el fin de una academia que, hace rato, está momificada. Estos catedráticos se consumen ante la sola propuesta de homologar el voto estudiantil y el profesoral. ¡Y se dicen democráticos!¡Cómo pesan las arcaicas estructuras de la vieja universidad! A la altura de esta línea, para regocijo ventajista de las roscas “académicas”, es hora de que los profesores instructores por concurso de oposición no tienen derecho de voto para escoger las autoridades rectorales, ni de facultad, ni de nada. Poco importa que sobre ellos recaiga el mayor peso de la docencia en casi todas las universidades llamadas autónomas.
El siglo XXI ya no soporta a estos viejos mastodontes que tanto hablan de democracia y tanto la niegan. El claustro como estructura, digámoslo de una buena vez, debe volar en pedazos. Sobre sus escombros ha de renacer la nueva universidad, de cara al país, consustanciada con el pueblo y sus problemas y verdaderamente democrática. Desde los directores de escuelas hasta el equipo rectoral deben ser elegidos por toda la comunidad universitaria, sin exclusión.Los que vociferan que el gobierno bolivariano amenaza la autonomía, en realidad es a estos cambios a lo que temen, a la verdadera profundización de la democracia universitaria. Cambios que están por cumplirse en forma inexorable.
Las fuerzas conservadoras podrán retardarlos algo, pero no los detendrán. Con no poco pavor, esas fuerzas oyen que las campanas empiezan a doblar por el viejo claustro y sus momificados e inútiles pero costosos faraones “académicos”. Lo de “académicos” es un decir. La exclusión como electores de trabajadores y empleados, de los profesores instructores, así como el valor de 25% que en la obsoleta ley se le asigna al voto estudiantil con respecto al profesoral, no ha significado la elección como autoridades de los más académicos.
Hoy mismo, en este aquí y ahora, se puede hacer una larga lista de cargos rectorales y de decanos ejercidos por quienes nunca se han destacado en la investigación ni en la docencia, no han presentado debidamente sus trabajos de ascensos, no han escrito un solo libro, no tienen los títulos que exige la ley y ni siquiera han pronunciado alguna frase que los recuerde, sino para la historia, al menos para la anécdota.Y a todas y cada una de esas autoridades, las ha elegido el añejo claustro y las esclerosadas Asambleas de Facultad. Hacia ese inconmovible pasado que tanto pesa sobre el presente y hace nugatorio el futuro, mira y se aferra la universidad que emula a la mujer de Lot, la universidad convertida en estatua de sal.
earlejh@hotmail.com

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La vigencia sangrienta del himno norteamericano


Jimi Hendrix The Star Spangled Banner Woodstock... por vb24> En woodstock 1969,Jimi Hendrix interpretó el himno estadounidense mezclándolo con simulaciones sonoras de bombardeos y ametrallamientos sobre los barrios de Vietnam, sirenas anti-aéreas y otros ruidos de batalla, solo utilizando su guitarra.
¡¡¡Aun su terrorifico sonido espanta al mundo!!!

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