¿QUÉ PASA EN LAS UNIVERSIDADES? II

Por: Wilmer Ortuño

Observando cómo se han venido desarrollando las cosas en estos últimos días, uno tiende a preguntarse: ¿Qué pasa en las universidades que persisten en alejarse de la realidad del país? Desde hace ya varios años se venía cuestionando, dentro de ellas, el papel que estaban teniendo en la formación del profesional en aquellas áreas prioritarias para la atención de la población.
Pues resulta que eso parece que se quedó allí, ya no se discute la importancia de incluirse dentro de una sociedad que va generando cambios a una gran velocidad.
“La casa que vence las sombras” cada día se va convirtiendo en “La casa donde yacen las sombras”, la discusión dentro de ellas, que antes las distinguía y que eran referencia obligada para la sociedad, ha dado paso a una uniformidad de ideas (pensamiento único) que va convirtiendo a sus estudiantes en meros depósitos de conocimientos, cada vez más obsoletos reduciéndolos a meros repetidores de clichés (tal como hace aquel personaje del norte cuando trata de legitimar alguna atrocidad: “luchamos por la Libertad, la Democracia”, pero ¿cuál democracia y cuál libertad?), tal y como aparecen en Globoterror con sus caras pálidas y sus ropas de marca.
Para lo único que se han utilizado éstos recintos es para promocionar actos políticos que apoyan tendencias suicidas de una oposición díscola que alienta ideas terroristas y magnicidas. Esto lo apreciamos en las manifestaciones “pacíficas” de estudiantes de las universidades privadas y de algunos estudiantes de la UCV, ULA, UNET, quienes defienden una libertad que se identifica con ellos la libertad de ver novelas, pornografía, terrorismo mediático, en fin, todos los elementos para convertirse en verdaderos sicóticos.
Muchos de esos representantes universitarios son apenas las sombras de viejos liderazgos gastados y comprometidos con intenciones ya identificadas por compañeros dentro del Gobierno Bolivariano y por el mismo Presidente.
De lo que se trata ahora, la lucha que está planteando la derecha en Venezuela, es de mantener un modelo de educación que beneficia a unos pocos o asumir verdaderamente que la educación, a todo nivel, es un asunto de Estado, donde no debe existir exclusión de ningún tipo, donde además de aquellos rostros pálidos, se vean los verdaderos rostros del pueblo, nosotros los negros, nosotros los indígenas, nosotros los mestizos, quienes hemos padecido la segregación en todos los órdenes de la vida.
¿Qué se está proponiendo la lucha de clases?
Pues siempre lo ha sido, antes encubierta ahora develada en todos sus frentes.
La mayoría es la que debe decidir, y ya decidió en las elecciones de diciembre del 2006: Estamos por la construcción del socialismo del Siglo XXI.. humano, donde el pueblo toma las riendas en la resolución de sus problemas a todo nivel.
Allá aquellos que pretendan defenderle la libertad de expresión a Malser Granmier o quienes se sientan afectados porque no pueden ver las novelas basura. Nosotros estamos claro que lo que queremos es un nuevo tipo de sociedad, que hay errores, pues claro, nada está hecho, hay que construir todo, de eso trata una verdadera REVOLUCIÓN, lo demás son caricaturas o socialdemocracia adecopeyana.
Se hace necesario que las autoridades del gobierno, el Ministerio de el Poder Popular para la Educación Superior, meta no sólo la lupa, en aquellas llamadas universidades privadas que reciben subsidio del Estado, sino en las oficiales donde se cometen miles de atropellos de todo tipo..
Las universidades deben ser reflejo de la sociedad que está naciendo, se necesitan sus aportes para la construcción de una sociedad socialista.
¡Basta de impunidades…!
¡Por una Universidad por y para el pueblo!

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LAS IDEAS NO SE MATAN

Reflexiones de Fidel Castro

Hace unos días, al analizar los gastos que implicaba la construcción de tres submarinos de la serie Astute, dije que con ese dinero "se podrían formar 75 mil médicos y atender a 150 millones de personas, suponiendo que el costo de formar un médico fuera la tercera parte de lo que cuesta en Estados Unidos." Ahora, siguiendo el mismo cálculo, me pregunto cuántos médicos se podrían graduar con los cien mil millones de dólares que, en un solo año, caen en manos de Bush para seguir sembrando luto en hogares iraquíes y norteamericanos. Respuesta: 999 990 médicos, los cuales podrían atender a 2 mil millones de personas que hoy no reciben servicio médico alguno.
Más de 600 mil personas han perdido la vida en Iraq y más de 2 millones se han visto obligadas a emigrar desde la invasión norteamericana.
En los propios Estados Unidos, alrededor de 50 millones de personas carecen de seguro médico. La ley ciega del mercado rige la prestación de ese vital servicio, y los precios se vuelven inaccesibles para muchas personas aun dentro de los países desarrollados. A la economía de los Estados Unidos los servicios médicos le aportan Producto Interno Bruto, pero no generan conciencia a los que los prestan ni tranquilidad en los que los reciben.
Los países que tienen menor desarrollo y más enfermedades disponen de menos médicos: uno por cada 5 mil, 10 mil, 15 mil, 20 mil o más habitantes. Cuando surgen nuevas enfermedades como el SIDA, de transmisión sexual, que en apenas 20 años ha privado de la vida a millones de personas, la padecen decenas de millones, entre ellas muchas madres y niños, para la cual existen ya paliativos, el precio de los medicamentos por persona puede ser 5 mil, 10 mil o hasta 15 mil dólares cada año. Son cifras de fantasía para la gran mayoría de los países del Tercer Mundo. Los pocos hospitales públicos se saturan de enfermos, que mueren amontonados como animales bajo el azote de una epidemia repentina.
Tal vez estas realidades, si se meditan, ayuden a una mayor comprensión de la tragedia. No se trata de una publicidad comercial que tanto dinero y tecnología requiere. Súmese el hambre que padecen cientos de millones de seres humanos, añádasele la idea de convertir los alimentos en combustibles, búsquesele un símbolo y la respuesta será George W. Bush.
Preguntado en fecha reciente por una personalidad importante sobre su política hacia Cuba, su respuesta fue: "Yo soy un Presidente de línea dura y solo espero la muerte de Castro." No constituyen un privilegio los deseos de tan poderoso caballero. No soy el primero ni sería el último que Bush ordenó privar de la vida, o de los que se propone seguir matando de forma individual o masiva.
"Las ideas no se matan", exclamó con fuerza Sarría, un teniente negro, jefe de la patrulla del ejército de Batista, que nos hizo prisioneros después del intento de ocupar el Cuartel Moncada mientras dormíamos tres de nosotros en una pequeña choza de las montañas, agotados por el esfuerzo para romper el cerco. Los soldados, llenos de odio y adrenalina, apuntaban hacia mí aún sin haberme identificado. "Las ideas no se matan", continuó repitiendo, ya casi en voz baja, automáticamente, el teniente negro.
Aquellas magníficas palabras se las dedico a usted, señor W. Bush.
Fidel Castro Ruz
28 de mayo del 2007

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El capitalismo es la destrucción de la humanidad, el Socialismo es la unica alternativa

por: Denny Ortuño

La existencia del capitalismo en el mundo se remonta a un poco más de doscientos años atrás. Se fundamentó en una acumulación del capital comercial, una desintegración del trabajo artesanal: trabajador por un lado y medios de producción por el otro, (llámese materia prima, locales, instrumentos, maquinarias). Un desarrollo posterior de la industria dio impulso no solo a un progreso tecnológico sino a una concentración del capital en pocas manos y a una masa de trabajadores que solo tenían como medio de subsistencia su fuerza física.

Hay que resaltar un aspecto fundamental dentro de la dinámica capitalista: solo importas si produces o aumentas riqueza y compras lo que el comercio te ofrece. Si no NO EXISTES. Por esa razón las políticas de asistencia del estado no están dirigidas a los desposeídos, a los desempleados, a las mujeres que trabajan en la casa, a los acianos, a los niños; que son la gran mayoría de la población.

Este es otro punto importante: la desasistencia al desposeído. Ningún estado capitalista se plantea la seguridad social como política para erradicar la desigualdad, antes por el contrario, se mantiene y promueve para mantener brazos libres y reducir costos para beneficio del capital. El empleo, la salud, la educación, la vivienda, la recreación son dejados como asuntos de resolución privada y en consecuencia, susceptible de ser objeto mercantilizable.

La industria capitalista se orienta exclusivamente a la obtención de ganancias sin importar los daños que ocasione al trabajador, la población y el medio ambiente. Cuando es inevitable la regulación de su actividad, simplemente se traslada a otra ciudad o país para escapar a las leyes que la limitan.

El despojo a que es sometida la sociedad por el capitalismo, se observa en cualquier esfera de la existencia del individuo y de la colectividad. El trabajo lejos de ser un asunto de política social, donde lo fundamental sea la incorporación a actividades productivas que permitan el desarrollo de las habilidades del individuo, que fomenten el espíritu de solidaridad, que contribuya con el enriquecimiento de la colectividad, que posibilite al trabajador, la mejora de los procesos laborales en función de reducir las horas dedicadas al trabajo, para dedicar tiempo a la educación, la investigación la recreación; este se convierte en una pesada carga, cuya finalidad es transformar el esfuerzo del trabajador en una mercancía que sirva de ganancia al capitalista.

Como consecuencia de ello el empleo y desempleo no son variables que se tomen en cuenta para la planificación de la producción, sino que obedecen a la dinámica de la oferta y demanda que impone el capital. El salario no es más que el precio, muy alto o muy bajo, que se paga al esfuerzo, al trabajo intelectual o físico para por poner a funcionar determinada industria o sector industrial.

La vivienda se convierte en un grave problema social sin solución, debido a que su tratamiento es de responsabilidad individual y cuando esta adquiere un carácter social, se maneja como un producto más del mercado. Inciden en este problema, la alta concentración de personas, dentro de áreas donde se desarrollan actividades económicas; la desigual distribución del espacio geográfico habitable, donde las mejores zonas para la vivienda están ocupadas por las empresas y las urbanizaciones de clase media y alta, empujando a las personas con escasos o nulos recursos a construir refugio en las orillas de quebradas, en colinas y cerros; el escaso manejo de recursos de construcción hace que estos refugios sean verdaderas tumbas para quienes la habitan; la ausencia de todo tipo de servicios sanitarios constituye una agresión a la salud de los individuos, exponiéndolos a deficientes condiciones de salud; la carencia de vías de comunicación, etc.

El delito es el reflejo exacto de la inhumanidad con que es tratada la persona. Se le priva de todo medio para el desarrollo pleno de su vida, e incluso se le niega la satisfacción de sus necesidades básicas y se le persigue y castiga cuando sustrae, (sustracción hecha dentro del marco de la propiedad privada) aquellos recursos que le son negados para su supervivencia.

El vicio cumple junto con el delito el mismo proceso de deshumanización. Este es un producto más, que obedece a la dinámica de la oferta y demanda del mercado capitalista. La prostitución, las drogas, el alcohol, el juego, son mercancías que se ofrecen al consumo, y que cumplen la función por un lado, de contribuir con el ciclo de reproducción y circulación del capital y por el otro, someter al ser humano degradándolo, enajenándolo atándolo a las leyes del intercambio comercial capitalista.

El capitalismo no es solución a ningún problema surgido de sus entrañas. Estos le son inherentes, son parte de su esencia, solucionarlos conduciría replantear la relación propiedad privada-trabajo asalariado. Por el contrario, los acrecienta más, convirtiéndolos en irreconciliables hasta el punto de convertir a los ciudadanos, en sus propios enemigos, donde el interés individual es el norte de toda acción.

Vemos en consecuencia convertirse en basureros las ciudades, contaminar las quebradas y ríos, cargar el aire de contaminantes, deteriorar vías, fachadas, producir quemas de parques. Todo sin una repuesta eficiente por parte del Estado y favoreciendo el surgimiento de empresas dedicadas a la atención de estos problemas previa suscripción de convenios económicos.

En definitiva, el capitalismo deshumaniza, consume recursos gigantescos del planeta y de los seres humanos, deteriora el ambiente, destruye naciones, para cumplir con el único objetivo definido: el acrecentamiento del capital y la concentración de este en cada vez menos manos.

¿Cómo revertir esta situación? El socialismo es la única posibilidad para avanzar en ese sentido.

Socialismo significa reconocer que existen desigualdades en el capitalismo que hay que corregir, y trabajar en la abolición de los cimientos en que se levanta: la propiedad privada y el trabajo asalariado.

Socialismo significa SOLIDARIDAD. Porque brinda apoyo al desvalido, porque le otorga rango de humanidad al que nunca la tuvo.

Socialismo significa EQUIDAD porque reconoce al prójimo como tu igual, con los mismos derechos y deberes, porque le brinda participación en los frutos de la sociedad.

Socialismo significa LIBERTAD, porque te incorpora a la comunidad como ser pensante, porque te brinda opciones en tu desarrollo individual, como estudiante, trabajador, artista, científico. Porque ya no estas atado a la satisfacción exclusiva de tus necesidades sino que puedes pensar en desarrollarte en cualquier sentido como persona.

Socialismo significa DERECHOS y DEBERES, porque reconoce la cuota de trabajo que entregas a la sociedad para concedértela equitativamente en la satisfacción de todas tus necesidades; porque fomenta la participación en los asuntos del estado haciéndote un individuo consciente.

La revolución bolivariana tiene planteada ante si la eliminación de todas las desigualdades que desde principio del siglo XX se han ido acumulando en Venezuela, y además ir creando las condiciones para la transformación de la sociedad en una sociedad más justa y equitativa, donde todos participemos en la construcción del socialismo del siglo XXI.

Es por ello que deben fortalecerse los consejos comunales, como órganos de participación y de administración de los recursos del estado, profundizar los programas de educación y capacitación del pueblo, desarrollar nuevos modelos de atención sanitaria en las zonas populares; crear programas de formación política, económica, social a fin de comenzar a crear seres conscientes capaces de encargarse del resguardo y administración de los recursos del país.

El socialismo es la única vía que tenemos para salir del abismo en que nos han sumergido y poder prestar apoyo solidario a los países hermanos que como nosotros se encuentran entrampados en el falso camino del desarrollo capitalista.

¡Fortalezcamos los Consejos Comunales!

¡El socialismo es la única Alternativa!

¡Patria Socialismo o Muerte!

(*)Sociólogo

dortun@cantv.com.ve

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