"Karl Marx: "Al capital le horroriza la ausencia de beneficio. Cuando siente un beneficio razonable, se enorgullece. Al 20%, se entusiasma. Al 50% es temerario. Al 100% arrasa todas las leyes humanas y al 300%, no se detiene ante ningún crimen." .

lunes, 12 de noviembre de 2007

DIETERICH Y BADUEL: NECESIDAD DE UNA RESPUESTA

Por: Wilmer Ortuño ¿Será cierto que para impedir el colapso del proceso habrá que establecer contactos entre Baduel y Chávez como lo afirma Heinz Dieterich en un artículo aparecido en Insurgente? Dieterich presenta a Baduel como un líder fundamental para el normal desarrollo del proceso bolivariano, cuando el mismo articulista afirma que estaba autoexcluido o marginado por el gobierno; entonces parece un contrasentido esta afirmación, además de temeraria, ya que si no participaba en el proceso (y sus únicas participaciones fueron el 13 de abril de 2002 y como Ministro de la Defensa), ¿cómo es que se hace fundamental? La comparación que hace de Baduel con algún personaje oscuro romano parece nada más que la justificación de una traición, o de alguna aventura política nada constitucional. Su declaración no generará mayor consecuencia, salvo la de desenmascarar una actitud (al parecer la de siempre), guabinosa, vacilante que en algunos momentos, y que gracias a la presión ejercida por el pueblo venezolano, se mostró al lado del gobierno legalmente constituido evitando la prolongación de un Golpe de Estado que estaba ya destinado al fracaso.

Su declaración pública obedeció a un sentido preclaro del acontecer político, al decir de Dieterich, que buscaba asestar un “golpe de sorpresa que iniciara su carrera política del futuro” Pues parece que el golpe no fue de la magnitud esperada, ni el inicio de su carrera política pareciera haber arrancado con semejante declaración. Menos aún cuando dentro de la oposición se le mira con recelo y en los sectores populares con cierta desilusión. Ahora, lo de Dieterich parece más bien desespero por tener todavía alguna cabida dentro de algunos medios que buscan opinadores, que disfrazados de izquierdistas, atacan el proceso que se lleva a cabo en Venezuela y que comienza a tener, no sólo características propias, sino eco en los pueblos de América latina. ¿Será necesario hacer concesiones políticas para mantener el proceso a flote? ¿De cuál proceso hablamos? El supuesto posicionamiento de centro que nos pretende mostrar el autor del artículo, no encaja dentro de la situación actual que vive el país. Venezuela no tiene en éstos momentos posiciones centristas porque el proceso que se vive, de cambios profundos dentro del sistema y no de gobiernos, no genera este tipo de posiciones: o se está a favor de la construcción del socialismo o se está en contra, éstos son días de definiciones. Por eso, la reforma constitucional no es una mera reformulación de viejos esquemas o de propuestas presidencialistas electorales; son propuestas que tratan de modificar el Estado en su conjunto así como sus relaciones; busca cambiar el sistema capitalista que ha generado miseria y exclusión, por un sistema más justo y de equidad: el socialismo. Para poder profundizar las políticas sociales que se vienen implementando desde hace algunos años se hace necesaria e imprescindible la Reforma Constitucional, cuya propuesta presidencial y de grupos sociales populares, así como de individualidades, ha sido discutida y aprobada en la Asamblea Nacional para ser votada en referéndum el 2 de diciembre de 2007. Otro supuesto de Dieterich, es el de: “si el Presidente no gana el referendo o si no lo gana al menos con el 60 por ciento de los votos, estaría obligado a convocar nuevas elecciones.” En los gobiernos democráticos, y éste lo ha demostrado un sin número de veces, el pueblo es el que tiene la última palabra, ¿por qué afirma que de resultar desfavorables los resultados, habría que hacer nuevas elecciones? ¿Es que acaso se deslegitima? Si la reforma no es aprobada, el gobierno deberá trabajar con los parámetros establecidos en la Constitución Nacional, se harán mucho más difíciles los cambios pero se harán, de eso no hay duda. El pueblo está con el gobierno y el proceso de cambios, se muestra partidario de una mayor profundización política que signifique mayor poder para el pueblo; ya este no se verá relegado al cuarto de los chécheres y del cual sólo era sacado, usado, para los procesos comiciales cada cinco años. Eso se acabó. Sencillamente ahora participa, lee, interpreta, opina, conoce, controla, sugiere y ejecuta las políticas que lo benefician directamente. Ciertamente, el voto por el Sí o por el No es más que un simple hecho electoral, es la lucha por decidir qué tipo de país y de sistema se quiere implementar en Venezuela; Chávez lo dijo más de una vez durante la última contienda electoral: “el que vote por mí, vota por el Socialismo” no nos llamamos a engaño, esta es la verdadera lucha. Lo de Baduel es apenas un disparo más en esta batalla, una declaración más a la que nos tienen acostumbrados aquellos que se ven perjudicados o que no se identifican con los cambios que se han generado. El pueblo está claro, y será él el que decida si desea una profundización de esta revolución o no. Si quiere vivir dentro de un sistema Capitalista o Socialista. Ojalá que Baduel pueda aglutinar en torno a él, a esos sectores opositores que se encuentran sin líderes y que buena falta les hace, pero dentro del oposicionismo predomina la política del “use y deseche” (lo mismo sucede dentro de las filas del movimiento estudiantil clase media y derechista que no da pie con bola en su lucha por tratar de imponer su punto de vista a todos los estudiantes del país, usando los mismos clichés del imperio: Libertad y Democracia) por lo que no creemos que su salida a la contienda política marque alguna diferencia. Si se carece de programa político, como sucede en el oposicionismo, las luchas son estériles; de este lado plateamos el socialismo como alternativa de vida, ¿qué proponen en la otra orilla? ¿Dieterich entiende en realidad el proceso venezolano? Es obvio que Dieterich no entiende lo que está en juego en Venezuela; que la reforma constitucional, no es sólo: “un modus vivendi normativo construido sobre la correlación de las fuerzas reales en un momento histórico” o que ésta “…no es necesaria para avanzar el carácter antiimperialista y popular del proceso bolivariano que encabeza el Presidente en los ámbitos nacional e internacional, ni tampoco es necesaria para avanzar hacia el Socialismo del Siglo XXI.” El señor no entiende. El marco jurídico es necesario para garantizar la permanencia de los cambios que se han generado y que se seguirán generando en el tiempo, no es un problema de cambio de presidente o de partido; es el cambio en todas las relaciones sociales, políticas, económicas y culturales; las que necesariamente deben enrumbarnos hacia el Socialismo venezolano del siglo XXI. No son cambios para un grupo de la sociedad, sino para todos los que vivimos en ella. Reforma es igual a la creación de un nuevo concepto de Estado, de allí que despierte tanta oposición en aquellos sectores que ven afectados sus intereses. Dieterich se parece a aquel intelectual mexicano que se alquiló para escribir alabanzas a un empresario venezolano, cuya historia personal es bien conocida dentro del país (por denunciar negocios con drogas, a un periódico local le fue recogida su edición y a los días cerrado, ya que el empresario de marras tenía contactos muy estrechos con el gobierno de turno y ponía en peligro su credibilidad) y aún así su biografía era presentada como ejemplo de empresario emprendedor por ese autor, supuestamente de izquierda. Dieterich ya es conocido por los sectores progresistas del mundo, sus ataques velados y sus observaciones manipuladas ya no nos sorprenden; lo que sorprende es que aún se le considere un escritor o pensador de izquierda, cuando en realidad siempre nos presenta, de una manera muy edulcorada, sus ideas cercanas a los sectores centro-derechistas (si es que existe tal posición política). En estos días, la batalla por la consolidación de los cambios revolucionarios se verá acrecentada con declaraciones, denuncias, manifestaciones, traiciones de todos aquellos grupúsculos o sectores que se abrogarán para sí la lucha por la Democracia y la Libertad en contra de la dictadura o el autoritarismo; aumentarán en número y en frecuencia, y éstas serán hechas en aquellos medios de (in)comunicación privados, casi como en cadena nacional, dejando en claro la falta de Libertad de Expresión a que nos tiene acostumbrado el Gobierno Revolucionario y Bolivariano de Hugo Chávez. Lo de Baduel es más de lo mismo; tal y como lo hacen la iglesia, los empresarios, los medios privados de (in)comunicación, los políticos, los estudiantes de las universidades privadas, las ONG’s financiadas por el imperio, los periodistas becados por la USAID, en fin, los mismos de siempre. Hay que estar alertas, eso sí, porque la tendencia a otro Golpe de Estado no ha salido de esas mentes afiebradas con la salida de Chávez del gobierno. ¡Todos unidos para fortalecer el Gobierno Bolivariano! ¡La Reforma Constitucional es para la construcción del Socialismo! wjof@yahoo.com

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