Conocido es por todos, que antaño las empresas de cierto renombre buscaban a sus futuros empleados en aquellas universidades privadas, que ya previamente aprobadas por ellas garantizaban un cierto estereotipo ideológico que se amoldaba a sus necesidades mercantiles.
Este fenómeno no se veía en las universidades oficiales (aquellas que vivían a expensas del gobierno y que por tanto se hacía urgente redimensionar con una “sana privatización” para que sus estudiantes pudiesen entrar a “competir” por el mercado laboral), salvo la universidad Simón Bolívar, que siempre la mantuvieron alejada del pueblo con autoridades que respondían a los intereses de la burguesía garantizando el estereotipo profesional necesario a las empresas transnacionales, todas las demás eran igual.
Esto se puede seguir observando hoy. Las universidades privadas formando a los futuros profesionales de esas empresas, y las oficiales como reducto de un grupito de personas afectas a la derecha más recalcitrante, desmantelándolas lentamente.