"Karl Marx: "Al capital le horroriza la ausencia de beneficio. Cuando siente un beneficio razonable, se enorgullece. Al 20%, se entusiasma. Al 50% es temerario. Al 100% arrasa todas las leyes humanas y al 300%, no se detiene ante ningún crimen." .

viernes, 19 de diciembre de 2008

Capitalistas estúpidos

Joseph Stiglitz

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Algún día se habrán calmado las amenazas más urgentes posadas por la crisis crediticia y nos veremos ante la tarea principal de elaborar una dirección para los pasos económicos del futuro. Será un momento peligroso. Detrás de los debates sobre la política futura hay un debate sobre la historia: un debate sobre las causas de nuestra situación actual. La batalla por el pasado determinará la batalla por el presente. Por lo tanto es crucial entender bien la historia.

¿Cuáles fueron las decisiones críticas que llevaron a la crisis? Se cometieron errores en cada encrucijada – tuvimos lo que los ingenieros llaman una “falla del sistema:” cuando no una sola decisión sino una cascada de decisiones producen un resultado trágico. Consideremos cinco momentos cruciales:

No. 1: Despido del presidente

En 1987 el gobierno de Reagan decidió remover a Paul Volcker de su puesto de presidente del Consejo de la Reserva Federal y nombrar en su lugar a Alan Greenspan. Volcker había hecho lo que supuestamente es la tarea de los banqueros centrales. Bajo su control, la inflación fue reducida de más de un 11% a bajo de un 4%. En el mundo de la banca central, eso le habría significado un grado de A+++ y asegurado su renombramiento. Pero Volcker también entendió que los mercados financieros deben ser regulados. Reagan quería a alguien que no creyera algo semejante, y lo encontró en un devoto de la filósofa objetivista y fanática del libre mercado, Ayn Rand.

Greenspan tuvo un doble papel. La Reserva Federal controla el grifo del dinero, y en los primeros años de esta década, lo abrió a todo dar. Pero la Fed también es un regulador. Si se nombra a un anti-regulador como brazo ejecutor, se sabe el tipo de ejecución que se tendrá. Un torrente de liquidez combinado con diques reguladores defectuosos resultaron ser desastrosos.

Greenspan presidió sobre no una, sino sobre dos burbujas financieras. Después de que reventó la burbuja de la alta tecnología, en 2000 – 2001, ayudó a inflar la burbuja de la vivienda. La primera responsabilidad de un banco central debería ser el mantenimiento de la estabilidad del sistema financiero. Si los bancos prestan sobre la base de valores artificialmente altos de los activos, el resultado puede ser una catástrofe como la que estamos viendo, y Greenspan lo debiera haber sabido. Tenía muchos de los instrumentos necesarios para hacer frente a la situación. Para encarar a la burbuja de la alta tecnología, podría haber aumentado los requerimientos marginales (la cantidad de dinero que deben financiar los compradores con sus propios medios para adquirir acciones). Para deflacionar la burbuja de la vivienda, podría haber limitado los préstamos depredadores a hogares de bajos ingresos y prohibido otras prácticas insidiosas (los préstamos sin documentación o “mentirosos”, los préstamos sólo con intereses, etc.). Esto habría ido bastante lejos para protegernos. Si no tenía los instrumentos, podría haber ido al Congreso y haberlos solicitado.
Desde luego, los actuales problemas con nuestro sistema financiera no son sólo el resultado de préstamos incobrables. Los bancos han hecho mega-apuestas mutuas mediante instrumentos complicados como los derivados, “credit-default swaps” (CDS), etc. Con estos, una parte paga a la otra si ocurren ciertos eventos; por ejemplo, si quiebra Bear Stearns, o si el dólar aumenta. Estos instrumentos fueron originalmente creados para ayudar a gestionar el riesgo, pero pueden también ser utilizados para jugar por dinero. Por lo tanto, si uno se siente seguro de que el dólar va a caer, podría hacer una gran apuesta correspondiente, y si el dólar verdaderamente cayera, sus ganancias aumentarían considerablemente. El problema es que, con este complicado entrelazado de apuestas de gran magnitud, nadie podía estar seguro de la posición financiera de otro, o incluso de la propia. No es sorprendente que los mercados crediticios se hayan paralizado.

Greenspan también jugó un papel en esto. Cuando yo era presidente del Consejo de Asesores Económicos, durante el gobierno de Clinton, participé en un comité de todos los principales reguladores financieros federales, un grupo que incluía a Greenspan y al Secretario del Tesoro Robert Rubin. Incluso entonces, era obvio que los derivados planteaban un peligro. No lo señalé de un modo tan memorable como Warren Buffett – quien vio en los derivados “armas financieras de destrucción masiva” – pero comprendimos lo que quería decir. Y sin embargo, con todo ese riesgo, los desreguladores a cargo del sistema financiero – en la Fed, en la Comisión de Mercados e Inversores de Estados Unidos, (SEC), y en otros sitios – decidieron no hacer nada, preocupados de que cualquier acción podría interferir con la “innovación” del sistema financiero. Pero la innovación, como el “cambio,” no tiene un valor inherente. Puede ser mala (los préstamos “mentirosos” son un buen ejemplo) así como buena.

No. 2: Demoliendo los muros

La filosofía de la desregulación pagó dividendos indeseados durante años. En noviembre de 1999, el Congreso revocó la Ley Glass-Steagall – culminación de un esfuerzo de cabildeo de 300 millones de dólares por las industrias bancarias y de servicios financieros, y liderado en el Congreso por el senador Phil Gramm. Glass-Steagall había separado desde hace tiempo a los bancos comerciales (que prestan dinero) y a los bancos de inversiones (que organizan la venta de bonos y valores); había sido promulgada como consecuencia de la Gran Depresión y debía limitar los excesos de esa era, incluidos los conflictos de intereses. Por ejemplo, sin separación, si una compañía cuyas acciones habían sido emitidas por un banco de inversión, con su fuerte apoyo, se metía en problemas, ¿no sentiría su brazo comercial, si lo tuviera, presión para prestarle dinero, tal vez insensatamente? No cuesta prever la espiral resultante de malas decisiones. Yo me había opuesto a la revocación de Glass- Steagalll. Sus defensores dijeron, en efecto: Confiad en nosotros, creamos murallas chinas para asegurar que los problemas del pasado no vuelvan a ocurrir. Como economista, yo poseía ciertamente un grado saludable de confianza, confianza en el poder de los incentivos económicos para desviar la conducta humana hacia el interés propio a corto plazo, en todo caso, en lugar del “interés propio bien entendido” de Tocqueville.

La consecuencia más importante de la revocación de Glass-Steagall fue indirecta – fue cómo la revocación cambió toda una cultura. No se supone que los bancos comerciales sean empresas de alto riesgo; se supone que administren el dinero de otros de un modo muy conservador. Basado en este entendimiento el gobierno acepta pagar la cuenta si llegan a quebrar. Los bancos de inversión, por otra parte, han administrado tradicionalmente el dinero de gente acaudalada – gente que puede tomar riesgos mayores para obtener mayores ganancias. Cuando la revocación de Glass-Steagall juntó a los bancos de inversiones y comerciales, la cultura de la banca de inversiones salió ganando. Existía una demanda para el tipo de altas ganancias que sólo podían ser obtenidas mediante un alto apalancamiento y la aceptación de grandes riesgos.

Hubo otros pasos importantes por el camino desregulador. Uno fue la decisión en abril de 2004 de la Comisión de Mercados e Inversores de Estados Unidos, (SEC), tomada en una reunión a la que no asistió casi nadie y que fue pasada por alto en gran parte, de permitir que los grandes bancos de inversiones aumentaran su ratio de deuda a capital (de 12:1 a 30:1, o más) para poder comprar más valores respaldados por hipotecas, inflando al hacerlo la burbuja de la vivienda. Al aceptar esa medida, la SEC argumentó a favor de las virtudes de la autorregulación: la noción peculiar de que los bancos pueden controlarse efectivamente a sí mismos. La autorregulación es disparatada, como reconoce ahora hasta Alan Greenspan, y como asunto práctico no puede, en todo caso, identificar riesgos sistémicos – los tipos de riesgos que aparecen cuando, por ejemplo, los modelos utilizados por cada uno de los bancos para administrar sus carteras de inversiones indican a todos los bancos que vendan de golpe algunos valores.

Cuando echamos por tierra las antiguas regulaciones, no hicimos nada por encarar los nuevos desafíos planteados por los mercados del Siglo XXI. El desafío más importante fue el planteado por los derivados. En 1998, la jefa de la Comisión del Comercio en Futuros sobre Mercancías de EE.UU., Brooksley Born, había llamado a que hubiera una tal regulación – una preocupación que ganó en urgencia después que la Fed, en ese mismo año, organizó el rescate de Long-Term Capital Management, un hedge fund cuya quiebra de más de un billón de dólares amenazó los mercados financieros globales. Pero el Secretario del Tesoro, Robert Rubin, su Secretario-Adjunto, Larry Summers, y Greenspan, fueron inflexibles y exitosos en su oposición. No se hizo nada.

No. 3: Aplicando sanguijuelas

Luego vinieron los recortes tributarios de Bush, impuestos primero el 7 de junio de 2001, con una nueva entrega dos años después. El presidente y sus asesores parecían creer que recortes tributarios, especialmente para estadounidenses de altos ingresos, constituían un cura-lo-todo para cualquier enfermedad económica – el equivalente moderno de sanguijuelas. Las reducciones de impuestos jugaron un papel fundamental en la conformación de las condiciones que crearon el trasfondo de la actual crisis. Como su contribución al estímulo de la economía fue mínima, el verdadero impulso quedó en manos de la Fed, que emprendió la tarea con tasas bajas y liquidez sin precedentes. La guerra en Iraq empeoró las cosas, porque llevó a un aumento brutal de los precios del petróleo. Ante la dependencia de EE.UU. de las importaciones de petróleo, tuvimos que gastar varios cientos de millones de dólares más para comprar petróleo – dinero que de otra manera habría sido gastado en bienes estadounidenses. Normalmente eso hubiera llevado a una ralentización económica, como lo hizo en los años setenta. Pero la Fed enfrentó el desafío del modo más miope que se pueda imaginar. El diluvio de liquidez hizo que el dinero fuera fácilmente disponible en los mercados hipotecarios, incluso para los que normalmente no estarían en condiciones de pedir prestado. Y, sí, eso logró impedir una desaceleración económica: la tasa de ahorro doméstica de EE.UU. cayó a cero. Pero debiera haber sido obvio que estábamos viviendo de dinero prestado, y de tiempo prestado.

La reducción de la tasa de impuestos sobre ganancias del capital contribuyó de otra manera a la crisis. Fue una decisión que enfocaba los valores: los que especulaban (léase: jugaban con dinero) y ganaban eran gravados menos que los que ganaban un salario, los que simplemente trabajaban duro. Pero más que eso, la decisión alentaba el apalancamiento, porque los intereses eran deducibles de los impuestos. Si, por ejemplo, se pedía prestado un millón para comprar una casa o se tomaba un préstamo sobre la apreciación inmobiliaria por 100.000 dólares para comprar acciones, los intereses serían totalmente deducibles cada año. Cualquier ganancia de capital que se hacía era levemente gravada – en algún día posiblemente remoto en el futuro. El gobierno de Bush hacía una invitación abierta a los excesos al pedir prestado y prestar – pero los consumidores estadounidenses no necesitaban que los estimularan para hacerlo.

No. 4: Falsificación de las cifras

Mientras tanto, el 30 de junio de 2002, después de una serie de grandes escándalos – notablemente el colapso de WorldCom y Enron – el Congreso aprobó la Ley Sarbanes-Oxley. Los escándalos habían involucrado a cada firma contable estadounidense, a la mayoría de nuestros bancos, y a algunas de nuestras principales compañías, y dejaron en claro que teníamos serios problemas con nuestro sistema de contabilidad. La contabilidad es un tópico que causa sueño a la mayoría de la gente, pero si no se puede confiar en las cifras de una compañía, no se puede confiar en nada respecto a una compañía. Por desgracia, en las negociaciones sobre lo que llegó a ser Sarbanes-Oxley, se tomó la decisión de no encarar lo que muchos, incluyendo el respetado anterior jefe de la SEC, Arthur Levitt, consideraban un problema subyacente fundamental: las opciones de compra de acciones. Las opciones de compra de acciones habían sido defendidas como la contribución de saludables incentivos para una buena administración, pero en realidad eran sólo tenían el nombre de “pagos de incentivos”. Si a una compañía le va bien, su jefe ejecutivo obtiene grandes compensaciones en la forma de opciones de compra de acciones; si a una compañía le va mal, la compensación es casi del mismo tamaño, pero otorgada de otras maneras. Es bastante malo. Pero un problema colateral con las opciones de compra de acciones es que ofrecen incentivos para llevar una mala contabilidad: el personal directivo superior tiene todos los incentivos para suministrar información distorsionada a fin de elevar los precios de las acciones.

La estructura de incentivos en las agencias de calificación también resultó ser perversa. Agencias como Moody's y Standard & Poor's son pagadas por los mismos a los que supuestamente deben calificar. Como resultado, tienen todos los motivos del mundo para dar buenas calificaciones a las compañías, en una versión financiera de lo que los profesores universitarios conocen como inflación de notas. Las agencias de calificación de riesgos, como los bancos de inversión que les pagaban, creían en la alquimia financiero – que hipotecas tóxicas de grado F podían ser convertidas en productos suficientemente seguros para estar en poder de bancos comerciales y fondos de pensión. Habíamos visto el mismo fracaso de las agencias de calificación durante la crisis del Este Asiático durante los años noventa: altas calificaciones facilitaron una fuerte corriente de dinero hacia la región, y luego una repentina inversión de las calificaciones produjo la ruina. Pero los supervisores financieros no se interesaron.
No. 5: Que se desangre

El momento decisivo final vino con la aprobación de un paquete de rescate el 3 de octubre de 2008 – es decir, con la reacción del gobierno a la crisis en sí. Sentiremos las consecuencias durante años. Tanto el gobierno como la Fed habían sido impulsados desde hace tiempo por ilusiones, esperando que las malas noticias fueran sólo un accidente pasajero, y que un retorno al crecimiento estuviera a la vuelta de la esquina. Mientras los bancos de EE.UU. enfrentaban el colapso, el gobierno viraba de un modo de actuar a otro. Algunas instituciones (Bear Stearns, A.I.G., Fannie Mae, Freddie Mac) fueron rescatadas. Lehman Brothers no. Algunos accionistas recuperaron algo. Otros no.

La propuesta original del Secretario del Tesoro, Henry Paulson, un documento de tres páginas que habría proporcionado 700.000 millones de dólares al secretario para gastar a su sola discreción, sin supervisión o revisión judicial, fue un acto de extraordinaria arrogancia. Vendió el programa como necesario para restaurar confianza. Pero no encaró las razones subyacentes de la pérdida de confianza. Los bancos habían otorgado demasiados préstamos incobrables. Tenían grandes agujeros en sus balances. Nadie sabía lo que era verdad y lo que era ficción. El paquete de rescate fue como una masiva transfusión a un paciente con hemorragia interna – y no se hizo nada en cuanto a la fuente del problema, es decir todas esas ejecuciones hipotecarias. Se desperdició un tiempo valioso mientras Paulson presionaba por su propio plan: “efectivo por basura,” comprando activos malos y trasfiriendo el riesgo a los contribuyentes estadounidenses. Cuando terminó por abandonarlo, suministrando a los bancos el dinero que necesitaban, lo hizo de una manera que no sólo estafó a los contribuyentes estadounidenses sino no logró asegurar que los bancos utilizaran el dinero para reiniciar los préstamos. Incluso permitió a los bancos que entregaran dinero a sus accionistas mientras los contribuyentes depositaban su dinero en los bancos.

El otro problema que no fue encarado tenía que ver con las amenazantes debilidades en la economía. La economía había sido sostenida con préstamos excesivos. Ese juego se había acabado. Al contraerse el consumo, las exportaciones mantuvieron en funcionamiento la economía, pero con el fortalecimiento del dólar y la debilidad en Europa y en el resto del mundo, era difícil ver cómo eso podría continuar. Mientras tanto, los Estados enfrentaban masivas caídas de los ingresos – tendrían que reducir sus gastos. Sin una acción rápida del gobierno, la economía enfrentaba un receso. E incluso si los bancos hubieran prestado sabiamente – lo que no habían hecho – era seguro que el receso significaría un aumento en las deudas perdidas, debilitando aún más al sector financiero en dificultades.

El gobierno habló de desarrollo de confianza, pero lo que presentó fue en realidad un timo. Si el gobierno hubiera querido realmente restaurar confianza en el sistema financiero, habría comenzado por encarar los problemas subyacentes – las estructuras deficientes de incentivos y el sistema regulador inadecuado.

¿Hubo una sola decisión aislada que, si hubiera sido revertida, habría cambiado el curso de la historia? Todas las decisiones, incluidas las de no hacer algo, como han sido muchas de nuestras malas decisiones económicas, son consecuencia de decisiones anteriores, una red interrelacionada que va desde el pasado lejano hasta el futuro. Se escuchará a algunos de la derecha apuntar a ciertas acciones del propio gobierno – como ser la Ley de Reinversión Comunitaria (CRA), que requiere que los bancos pongan a disposición dinero para hipotecas en vecindarios de bajos ingresos. (En los hechos los incumplimientos de pagos en los préstamos basados en la CRA fueron efectivamente mucho menores que en otros préstamos.) Muchos han culpado a Fannie Mae y Freddie Mac, los dos inmensos prestamistas hipotecarios, que originalmente eran de propiedad gubernamental. Pero en los hechos llegaron tarde al juego de las hipotecas de alto riesgo, y su problema fue similar a los del sector privado: Sus jefes ejecutivos tuvieron el mismo perverso incentivo para lanzarse al juego.

La verdad es que la mayoría de los errores individuales se reducen a sólo uno: la creencia en que los mercados se ajustan solos y que el papel del gobierno debiera ser mínimo. Al mirar retrospectivamente a esa creencia durante audiencias en otoño de este año en el Congreso, Alan Greenspan dijo en voz alta: “He encontrado un defecto.” El congresista Henry Waxman lo presionó, respondiendo: “En otras palabras, usted ha descubierto que su visión del mundo, su ideología, no era correcta; no funcionaba.” Ciertamente, precisamente,” dijo Greenspan. La adopción por EE.UU. – y por gran parte del resto del mundo – de esa filosofía económica defectuosa hizo inevitable que hayamos llegado al lugar en el que nos encontramos actualmente.
-------
[Joseph E. Stiglitz, economista galardonado con el Premio Nobel, es profesor de la Universidad Columbia.]


Imprimir

Leer Mas...

Califica este articulo (1-5)

Discurso de Raúl Castro Ruz, presidente de Cuba, en el acto de develación del busto de Simón Bolívar, en Salvador, Bahía, Brasil.

¡Buenas noches, queridos amigos y amigas de Salvador de Bahía!

A partir de las primeras horas de mañana, empiezo una visita oficial a Brasilia, la capital de Brasil, y cuando concluya este acto nos trasladaremos para allá; por lo tanto, les voy a hablar muy poco, yo no hablo tanto como Chávez, porque Chávez tiene más vigor, es más joven.

Es cierto que le dije, cuando nos acercábamos aquí, que él estaba preso cuando se celebró la Tercera Cumbre Iberoamericana, en 1993, con la participación de Fidel y otros jefes de Estado.

Yo me acerqué a la tribuna por una sola razón: Para decirle a Chávez que Fidel lo estaba viendo por televisión en vivo (Aplausos), y, como ustedes vieron, no me dejó hablarle y me puso a hablar a mí.

¿Cómo es que tú le dices a Fidel cuando lo saludas? (El presidente Chávez le contesta.) Le dice: "How are you, Fidel? " (Risas.) Lo saluda en inglés desde Venezuela, cuando está en alguna actividad, o en su Aló Presidente, larguísimos programas que él organiza todos los domingos.

Con él tengo un problema, yo lo veo desde Cuba, pero sus conferencias duran tanto que tengo el televisor bajito y sigo trabajando, y después le pido a algún ayudante que me haga un resumen de lo que dijo el presidente Chávez, porque dice cosas muy interesantes, y aunque soy un poco mayor que él, siempre aprendo algo.

Él recordaba que me dice a mí tío y a Fidel padre, una consideración que a nosotros nos avergüenza, por modestia, pero nos sentimos orgullosos. Y una de mis nietas, pequeña, de unos 12 años, le decía a su mamá una hija mía el otro día: "Bueno, si tío Fidel " le dice tío a Fidel "es el papá de Chávez y abuelo Raúl es el tío, entonces yo soy prima de Chávez " (Risas y aplausos). Se llama Mónica la chiquita, uno de los seudónimos que usó su abuela ya fallecida en la lucha clandestina, en la guerra de liberación.

Solo quería darles un abrazo, a través, de mis palabras, a todos ustedes; a través de ustedes, a todo el estado y a todo Brasil, que tiene ya más de 190 millones de habitantes y más de ocho millones de kilómetros cuadrados.

Cuando venía de Caracas para acá, sobrevolaba por el Amazonas y eran horas y horas y horas viendo la gigantesca y magnífica masa verde de este importante pulmón de oxígeno, ya no solo de Brasil y de América, sino del planeta.

El pueblo de Brasil y el de Cuba tienen las mismas raíces, las raíces étnicas. Este negro grande que ustedes ven aquí (Se refiere al traductor) no es brasileño, es cubano (Risas), si no lo digo podría creer que es brasileño; no baila samba, aunque le gusta ver a las mulatas bailar samba.

¿Cómo se les dice a las mulatas aquí? íAh!, tú no sabes (Risas). Él baila conga, que es una variedad muy parecida y muy alegre.

Tenemos las mismas raíces culturales les decía , tenemos un carácter explosivo, esa liga de nuestro tronco africano, nuestro tronco común, y de nuestro tronco europeo: en unos casos predomina uno; en otros, otro. El Poeta Nacional de Cuba, ya fallecido, Nicolás Guillén, tiene una bellísima y larga poesía dedicada a sus dos abuelos: a su abuelo negro y a su abuelo blanco.

Por eso cuando he podido compartir brevemente con esta concentración de bahianos, pues me siento como en Cuba; me siento como en Santiago de Cuba, más parecido aún: más pequeña la ciudad, con menos habitantes, pero los mismos: unos hablan portugués, otros hablan español, y en Cuba muchos hablan "portuñol".

"Portuñol " pudiéramos decir que es un dialecto surgido de la necesidad de comunicarnos entre angolanos y cubanos durante 15 años, que tuvimos el honor de participar, junto con los patriotas angolanos, del Movimiento Popular para la Liberación de Angola, bajo la dirección de su primer Presidente y fundador del Estado, fundado el 11 de noviembre de 1975, cuando por cuatro lugares distintos, a las 12 de la noche de ese día, o de esa noche, el naciente Estado se vio acosado por todos los enemigos: los racistas sudafricanos por el sur, los fantoches de la UNITA, una organización fundada por los colonialistas portugueses y que posteriormente se puso al servicio de los norteamericanos; por el norte, las tropas de Mobutu y de un llamado Frente Nacional de Liberación de Angola, títeres también primero de los colonialistas portugueses y después de la Agencia Central de Inteligencia, la CIA norteamericana.

Un poco más al norte, en un enclave llamado Cabinda, separado del resto del territorio de Angola por la desembocadura del gigantesco río Congo que era el único lugar en que en aquel momento tenían petróleo, que se extraía próximo a sus costas en el mar , que cuatro días antes de la proclamación de la independencia fue agredida igualmente, agresión que fue rechazada por tropas cubanas y angolanas.

Esa gigantesca operación militar internacionalista iniciada en el segundo semestre de 1975 duró 15 años. Durante ese tiempo, 300 mil militares cubanos pasaron por Angola y decenas de miles de oficiales; según la situación, siempre hubo entre 35 mil y 55 mil soldados cubanos, se vivieron situaciones dificilísimas en diferentes etapas de esos largos años, y de nuestro pueblo, todos los que participaron, militares, profesionales o de la reserva, fueron con carácter voluntario a cumplir esa peligrosa misión internacionalista.

Más de dos mil dieron su vida en tan noble misión, hasta que ya Angola pudo andar sola.

Le pusimos Carlota a esa operación. ¿Quién era Carlota? Una esclava, probablemente de Angola, aunque no ha sido confirmado en las investigaciones, que en el siglo XIX dirigió una sublevación de esclavos.

Fracasó, era un lugar aislado, era en una fábrica de azúcar no era fábrica, no sé cómo le dirían , era una pequeña fábrica, todavía no eran de vapor (Chávez dice que Raúl habla mucho más que él) (Risas). Y Carlota se fugó a las montañas y se unió a otros esclavos que se habían fugado igualmente, que les llamaban cimarrones. Tiempo después dirigió la sublevación de otro cachimbo de esos azucareros. En esa ocasión fue capturada. Juzgada por los colonialistas españoles fue condenada al descuartizamiento y con cuatro caballos, dividida cruelmente en cuatro pedazos. Era lo mismo que iban a hacer con Angola: dividirla en cuatro pedazos.

Cuando ya por fin llegó el momento de irnos, se había logrado no solo consolidar la independencia de Angola desde Cabinda, por el norte, hasta Cunene, por el sur, en la frontera con Namibia, ocupada en esos momentos también por los racistas sudafricanos. Angola y su millón y cuarto de kilómetros cuadrados se conservó intacta y se conserva hasta hoy.

Logramos, además, que se aplicara la Resolución 435 de las Naciones Unidas, que obligaba a los racistas sudafricanos a abandonar Namibia y a esta obtener su libertad e independencia.

Como otro subproducto de ese heroísmo del pueblo angolano y sus hermanos cubanos, el odioso apartheid de Sudáfrica se quedó seriamente afectado y tambaleándose. El gran dirigente sudafricano, Nelson Mandela, que ya llevaba cerca de 27 años en prisión, obtuvo su libertad y fue el primer presidente también de ese gigantesco y próspero país, después de obtener la victoria en unas elecciones.

Ese es el esfuerzo hecho por el pueblo cubano, los resultados de esos esfuerzos, de ese sacrificio, del que nos sentimos orgullosos.

A los angolanos les dijimos: "De aquí solo nos llevaremos los restos de nuestros muertos ", y todos juntos los trajimos a los municipios del país, o sea, a sus hogares de origen. Cuba tiene 14 provincias y 169 municipios y hubo bajas, menos de dos municipios, en todos los demás. En una solemne ceremonia, a la misma hora en todo el país, un 7 de diciembre, dimos sepultura a todos los cubanos caídos en esa misión internacionalista.

A los africanos les dijimos que no necesitábamos que nos manifestaran gratitud alguna, todo lo contrario, nosotros pagamos una pequeña parte de la gran deuda que nuestro pueblo tiene con África, porque la inmensa mayoría de la riqueza de mi país en aquella etapa el café, el azúcar, entre otras actividades se logró con mano esclava africana.

Nosotros nos sentimos, todos los cubanos, orgullosos de esas misiones, y hoy seguimos colaborando, pero en otro tipo de actividades civiles.

Quería contarles eso a ustedes, por qué nos sentimos tan bien en una población como esta, que es la misma nuestra.

A todos ustedes, bahianos, un fuerte abrazo de Cuba, de mis acompañantes, del presidente Hugo Chávez, que ya habló para suerte nuestra habló poco; del presidente Zelaya, de Honduras; del presidente Evo Morales, de Bolivia

(Aplausos).

Creo que por lo menos estos cuatro jefes de Estado aquí presentes, hemos tenido el privilegio de cerrar con broche de oro, en esta breve reunión con ustedes, las cumbres que hemos celebrado durante estos últimos dos días en Sauípe de Bahía.

Muito obrigado (Aplausos).


Imprimir

Leer Mas...

Califica este articulo (1-5)

Lo peor está por venir

Cómo y cuándo la "crisis financiera" se va a convertir en "crisis global"

IAR Noticias
Por Manuel Freytas (*)


Si se quiere entender lógicamente la crisis lo primero que hay que tener en claro es que la presente todavía no es una crisis capitalista (en el sentido global de la expresión) sino la primera fase de un colapso financiero-bursátil con reciclamiento y centralización de la rentabilidad financiera y una reconversión feroz de los grupos que controlan el sistema financiero imperial desde EEUU y la Unión Europea. Solamente la confluencia (a corto plazo) de dos factores complementarios: La "crisis estructural (recesión económica) y la "crisis social" (el impacto en la sociedad) va a detonar como desenlace la "crisis global" del sistema capitalista.

A pesar de los mitos y falsas teorías sobre el "colapso global" o el "derrumbe del Imperio del dólar" todavía el sistema capitalista no está en crisis (entendida como pérdida de control y de gobernabilidad), sino que los que están en crisis son el sistema financiero y los mercados bursátiles.

En este escenario, y aunque suene exagerado, el sistema capitalista todavía no está en crisis, sino que está haciendo negocios con la crisis.

Eso explica porqué en un proceso compulsivo de caídas y subidas de bolsas, de derrumbes bancarios en cadena, la "crisis" todavía no impactó directamente en la economía real de los países y en las sociedades a escala global.

Lo que sí estalló y está en crisis, a partir de septiembre de 2007, es un modelo de acumulación y especulación financiera (la "burbuja inmobiliaria") cuyo desenlace produjo un nuevo proceso de rentabilidad capitalista en la crisis (los "rescates financieros") y una reconversión (compras y fusiones) de los grupos súper concentrados que controlan el sistema financiero imperial centralizado en Europa y EEUU.

Si no se entienden los factores en interacción, la "crisis financiera" (inducida para reciclar la rentabilidad perdida) y la "crisis estructural" de la economía (nacida como emergente de la "crisis financiera"), y la "crisis social" (que llega como consecuencia de la crisis estructural con recesión) se cae en el mito reduccionista, propagado por el propio sistema, de la "crisis bursátil" que deposita todo el problema en el "mal" o "buen" funcionamiento de los bancos y el sistema financiero.

En un orden secuencial, para que la crisis se convierta en "global" (el desenlace) tiene que haber una convergencia interactiva de la "crisis financiera" (los mercados del dinero), la "crisis estructural" (la economía real) y la "crisis social" (el impacto de la crisis económica-financiera en la sociedad).

Solo la convergencia interactiva de estos tres factores (por acumulación de crisis) va a producir (a modo de desenlace) la "crisis global" del sistema capitalista proyectada desde las economías centrales (USA-UE) a los países que integran la red a escala planetaria.

Fase 1: La "crisis financiera" (El efecto bursátil)

Una "crisis financiera" como la que estamos viviendo, es antes que nada un reciclamiento de la rentabilidad capitalista: Lo que estaba en un casillero, se traslada a otro. Lo que estaba en Merrill Lynch se recicló en el tablero contable de Bank Of América que compró a la entidad semiquebrada.

La "burbuja inmobiliaria" activada por el capital privado llegó a su fin (crisis) en septiembre de 2007, y ahora llega la "burbuja estatal" (reciclamiento) con el Estado imperial como principal operador de los negocios financieros.

En este marco, la operación de "crisis" con el rescate financiero USA-UE, no es otra cosa que una operación de negocios con la crisis que los gobiernos del euro y Washington utilizan para poner en marcha un nuevo ciclo de rentabilidad que reemplaza al ya agotado con el colapso de la hipotecas subprime en EEUU.

No se trata de una "salida de emergencia" a la "crisis", sino de una operación de negocios financieros en alta escala activada por los grupos capitalistas sionistas súper concentrados que controlan Washington, Wall Street, la Reserva Federal USA y los bancos centrales de Europa y Asia.

Todavía, vale precisarlo, no hay "crisis global" del sistema capitalista (que va a venir como resultante final del actual proceso) sino una "crisis financiera" inducida principalmente por la necesidad de rentabilidad y de reconversión de los grupos capitalistas que controlan los resortes operativos del sistema financiero imperial desde Wall Street y las metrópolis imperiales europeas.

En las jornadas "negras" que vienen experimentando los mercados del dinero, billones de dólares no se evaporaron sino que solamente se pasaron de unas manos a otras.

En primer lugar, y como concepto central: La llamada "crisis financiera", es una crisis activada y controlada en todos sus resortes esenciales por medio del "rumor" y la información manipulada que hacen subir o bajar las acciones en Wall Street y las principales plazas financieras del Imperio.

La quiebra en cadena de bancos o de instituciones financieras es inducida, manipulada y estratégicamente operada para producir un reciclamiento de la rentabilidad financiera (en crisis con el colapso subprime) y una reconversión del sistema financiero que centralice el control y el funcionamiento del sistema capitalista mediante una mayor concentración de la riqueza (ley darwiniana del capitalismo).

Los mercados bursátiles no son "libres" (como establece el mito del "libre comercio") sino instituciones mercantiles que funcionan sujetas a la ley de la oferta y la demanda manejada por los grupos que hegemonizan el control y la información sobre su funcionamiento.

En consecuencia, en las bolsas solo se "oferta" (se vende) o se "demanda" (se compra) aquello que los grupos hegemónicos y controladores quieren.

Las bolsas (y las acciones) suben o bajan atendiendo a una dinámica marcada por los intereses de los controladores del mercado financiero.

Su objetivo es preciso y determinado: Generar un proceso de quiebras y, consecuentemente una crisis del sistema financiero, que posibilite la depreciación a niveles límites de los activos y acciones empresariales que luego los grupos más súper concentrados (los operadores de la "crisis") comprarán a precio de remate.

En consecuencia, si que hay quebrar a Lehman Brothers o a Merrill Lynch para concentrar súper activos en Ban Of América o Morgan Chase, se hacen bajar (mediante rumores e información manipulada) las acciones de estos dos gigantes, y luego de su quiebra (como consecuencia de la depreciación de sus acciones) serán comprados a precio de remate o se fusionarán en otra sigla.

Pero en esta dinámica nada se pierde, sino que se recicla. En otras palabras, cambian las denominaciones pero los accionistas y los gerenciadores (que son "anónimos") continúan con una mayor concentración de acciones en sus bolsillos.

Mediante el "rescate financiero", los Estados imperiales USA-UE reciclaron una nueva "burbuja" ganancial no ya con dinero especulativo proveniente del sector privado, sino que ponen compulsivamente los recursos públicos al servicio de un nuevo ciclo de rentabilidad capitalista al margen de una ascendente crisis de la economía real que marcha por vía paralela.

Esto implica que, cuando hablamos de "crisis financiera", estamos hablando de un problema superestructural (y relativamente controlable) del sistema capitalista que todavía no alcanzó su pleno desarrollo de "conflicto global" con proyección y efectos concretos en el plano de la economía real y de la sociedad a escala mundial.

Por lo tanto, y con la "crisis financiera", solo estamos en las "vísperas" de lo que algunos (sin entender los pasos) apresuradamente ya señalan como "crisis global" del sistema capitalista.

Fase 2: La "crisis estructural" (el efecto en la economía real)

La "crisis estructural" paralela y emergente (que se potencia y activa con la "crisis financiera") tiene su origen en el proceso recesivo que ya se verifica en las dos economías centrales del sistema: EEUU y la Unión Europea.

Tanto la Reserva Federal de EEUU como el Banco Central Europeo, así como el FMI y el Banco Mundial vienen advirtiendo que las economías de Europa y de EEUU pararon de crecer, y la desaceleración se acentúa a raíz de la baja del consumo y la suba de los alimentos y de la energía.

La crisis, como fue planteada hasta ahora, viró de lo "financiero" hacia lo "económico-.financiero": Tuvo un epicentro en la crisis hipotecaria de EEUU, se expandió a los mercados financieros globales (subdesarrollados y desarrollados), y ahora ya toca variables estructurales de la "economía real" por medio del proceso desatado por el cóctel suba del petróleo + suba de alimentos = proceso inflacionario, que ya padecen las economías centrales del sistema capitalista: EEUU, Unión Europea y China.

A este escenario, se suma la naciente crisis del crédito que (según todos los pronósticos) va a obrar con un efecto de acelerador del proceso inflacionario-recesivo paralizando aún más las primeras economías del sistema capitalista (EEUU-Europa-China) con un impacto directo en los países de la periferia.

Como resultante no deseado , la ola de pánico que genera la "crisis financiera" produce (como está sucediendo) el retiro del dinero efectivo en masa, desparece la liquidez, y los bancos restringen créditos: ese es el mecanismo clave que activa la recesión que hoy ya empieza a proyectarse desde los países centrales a la periferia.

La falta de crédito, a su vez, actúa como principal disparador de la detención de la producción y de la suba de precios lo cual genera un consecuente proceso de achicamiento del consumo y despidos en masa de trabajadores y empleados, en EEUU y Europa.

Como dicen los expertos: Las "crisis financieras" hacen estallar la confianza en el sistema financiero, y desatan la furia "vendedora" en los mercados donde empresas e inversores se desprenden de sus acciones y tratan de convertirlos en "efectivo" dejando las plazas sin liquidez.

Y un mercado sin liquidez (sin circulación de dinero) genera escasez de dinero.

Y la escasez de dinero genera dos efectos inmediatos: Retracción del crédito y suba de las tasas de interés.

Y la retracción del crédito y su encarecimiento genera como efecto inmediato: Caída de producción y baja de las ventas.

Y caída de producción y achicamiento de ventas en los códigos del empresariado capitalista significa sólo dos alternativas: Suba de precios y despido de personal, para conservar el margen de rentabilidad vendiendo y produciendo menos.

De esa manera, la "crisis estructural" genera las condiciones para el advenimiento de la "crisis social".

Fase 3: La "crisis social" (El efecto en la sociedad)

La "crisis estructural" con proceso recesivo (desatada como emergente de la "crisis financiera") conduce inevitablemente al sistema capitalista hacia un proceso de "crisis social con pérdida del control y de gobernabilidad política a escala global (Esto ya se verificó con los estallidos sociales durante la escalada de los precios del petróleo).

El tercer factor que media como desenlace (a modo de acción reacción al cierre de empresas y despido de personal) entre la "crisis financiera" y la "crisis estructural" es el "conflicto social", expresado por huelgas y estallidos sociales masivos.

En América Latina, por ejemplo, entre el 60% y el 70% de la masa laboral está en "negro" (empleos precarios y sin indemnización por despido), y con la recesión y el desaceleramiento productivo las empresas (para conservar su nivel de rentabilidad) van a generar despidos en masa: El detonante de las huelgas y los conflictos sociales.

El efecto más inmediato de la "crisis estructural" con recesión es la desocupación en masa y la suba de precios.

Esto impacta inmediatamente en las capas más desprotegidas (bajas y media bajas) de las sociedades, que se quedan sin el sustento inmediato para subsistir.

Durante la última escalada de precios con el petróleo, que llevó el precio de los alimentos a niveles siderales, se produjeron estallidos y levantamientos sociales simultáneos tanto en los países pobres de la periferia como en los países ricos de Europa.

Pero ese movimiento, en protesta por la suba de precios, resulta insignificante ante una potencial amenaza de despidos en masa que ya proyecta el proceso recesivo y la "crisis estructural" en las economías de Asia, África y América Latina.

De manera tal, que la "crisis social" (emergente de la "crisis financiera" y de la "crisis estructural") prepara las condiciones para el peor de los escenarios: La "crisis global".

El desenlace: La "crisis global" (El efecto planetario)

En términos concretos, la "crisis global" del sistema capitalista solo va a estallar cuando la "crisis financiera" devenga en "crisis estructural" por medio de la recesión económica, la que luego se convierta en "crisis social" por medio del desempleo y el achicamiento del consumo a escala masiva.

En un orden secuencial, para que la crisis se convierta en "global" (el desenlace) tiene que haber una convergencia interactiva de la "crisis financiera" (los mercados del dinero), la "crisis estructural" (la economía real) y la "crisis social" (el impacto de la crisis económica-financiera en la sociedad).

La confluencia interactiva de estos tres factores es lo que va a posibilitar, a corto plazo, el desenlace de la "crisis global" del sistema capitalista donde los gobiernos (centrales y periféricos) van a perder el control social y político de sus países por medio de las huelgas y estallidos sociales generados por la desocupación masiva y la suba de precios.

Solo la convergencia interactiva de estos tres factores (por acumulación de crisis) va a producir (a modo de desenlace) la "crisis global" del sistema capitalista proyectada desde las economías centrales (USA-UE) a los países que integran la red a escala planetaria.

La "crisis financiera" y la contracción del crédito en los países centrales ya se proyectan en un proceso creciente de recesión económica global por el alto nivel de entrelazamiento de las economías mundiales en el proceso de importación y exportación.

En el actual modelo globalizado de economía planetaria los PBI juntos de EEUU, la Unión Europea y China suman más del 50% del PBI mundial, mientras que el sistema capitalista está "dolarizado" (el dólar es la moneda patrón de todas las transacciones comerciales y financieras a escala global).

Pero hay otro dato que convierte a sus economías en el eje económico global: EEUU, la Unión Europea y China, son los mayores compradores de petróleo y materias primas del mundo.

Estos dos factores centrales explican porqué cualquier oscilación o desequilibrio económico-financiero que tenga a estas tres economías centrales como protagonistas, impacta y se esparce inmediatamente por todo el "sistema".

EEUU y Europa son los principales compradores de productos chinos, y el gigante asiático, a su vez, es el principal importador de petróleo y materias primas de los "países emergentes", con lo que se puede deducir que si el Imperio estadounidense (en proceso recesivo) reduce sus compras, el impacto se va a proyectar inevitablemente en una crisis de China proyectada a los "países emergentes".

Con un proceso recesivo de su economía, EEUU (el principal comprador de la "gran fábrica" asiática) reduciría drásticamente sus compras a China, y Europa, que ya enfrenta un fenómeno recesivo en su economía comunitaria, ingresaría en una contracción de sus sistema económico productivo.

Como impacto inmediato, la economía china también ingresaría en un proceso recesivo (detención del crecimiento) que la obligaría a reducir sus importaciones de materias primas y de petróleo.

A su vez la reducción en la importación de materias primas y de petróleo por parte de China (el principal importador mundial) impactaría en las economías de Rusia y de los "países emergentes" (los principales exportadores de petróleo y de materias primas a China) que también podrían ingresar en un proceso recesivo.

En resumen, con la "crisis financiera" y crediticia que ya desató el derrumbe bancario en EEUU y Europa, comienza a completarse (y a profundizarse) el cuadro de "crisis estructural" recesiva de las economías capitalistas centrales que se irá proyectando cada vez con más fuerza hacia las economías de la periferia (principalmente los países exportadores de materias primas).

Los primeros coletazos inflacionarios-recesivos importados de la central USA-UE ya se verifican en países emergentes (en desarrollo acelerado) como China, India y Brasil, cuyas economías reales ya sufren el impacto de la crisis financiera.

La "crisis estructural" con recesión económica generalizada, proyecta a su vez la amenaza de una "crisis social" a escala global con ruptura de la "gobernabilidad" política por medio de una ola de conflictos sociales y sindicales (cuyos primeros efectos ya se presentaron con la crisis alimentaria) con proyección tanto en las potencias centrales como en los países "emergentes".

O sea que, y por efecto secuencial, con la "crisis financiera" el sistema capitalista solo está construyendo el primer escalón de la "crisis global".

Por eso el director del FMI dio en la tecla cuando dijo que: "Lo peor está por venir".

******

(*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
manuefreytas@iarnoticias.com


Imprimir

Leer Mas...

Califica este articulo (1-5)

La vigencia sangrienta del himno norteamericano


Jimi Hendrix The Star Spangled Banner Woodstock... por vb24> En woodstock 1969,Jimi Hendrix interpretó el himno estadounidense mezclándolo con simulaciones sonoras de bombardeos y ametrallamientos sobre los barrios de Vietnam, sirenas anti-aéreas y otros ruidos de batalla, solo utilizando su guitarra.
¡¡¡Aun su terrorifico sonido espanta al mundo!!!

Ultraderecha Los Prisioneros

Solimar Cadenas, In Memoriam

el tigre nunca pierde sus manchas....

el tigre nunca pierde sus manchas....

Colombia: el peligro es morirse

VENEZUELA

¿¡alimentos hoy!?